Capítulo 12

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La última semana de agosto comenzó con varios medios de comunicación informando de que el consejo de administración de Hogwarts estaba iniciando una investigación sobre Dumbledore y los profesores que había contratado a lo largo de los años.

Al fin y al cabo, varias fuentes les habían informado de que en Hogwarts ocurrían cosas que no favorecían la salud ni la seguridad de sus alumnos. En todo caso, dada la información que recibían aludía a que Dumbledore no se preocupaba por el bienestar de varios de sus alumnos.

Sólo esto, junto con la noticia de la boda de Harry con un hombre prácticamente desconocido (dado que el nombre Tom Riddle no era nada que recordaran como importante), todo ello mientras Dumbledore sonreía todo el tiempo. Casi como si supiera algo que los demás no sabían, dada esta reciente información que no les tranquilizaba en absoluto.

Cuál era la posibilidad de que esto fuera realmente un complot del anciano, para quitarles las defensas. Para quitarles a su Elegido, ya que a la gente le gusta mucho más Harry Potter en los últimos días. El joven Lord, o Heredero a los ojos de la mayoría de la gente, tenía los pies en la tierra, no estaba para nada interesado en hacer crecer su nombre (algo que quedó claro después del Torneo de los Tres Magos).

Para el público en general, Harry Potter quería llevar una vida normal. Una en la que pudiera aprender, crecer y explorar ese mundo que ahora formaba parte de él. Podían dejarle, no había nada que tuviera que hacer mientras siguiera en la escuela, aprendiendo mientras se abría paso en el mundo de los adultos.

Por otro lado, Dumbledore había sido un tema de conversación durante varios años. El hombre salía a relucir casi siempre que se derivaba hacia la política, la forma en que tenía un lugar en todos y cada uno de los institutos que tenían algo que decir en su mundo. Aunque siguiera diciendo que no quería dirigirlos, salía como si diera su opinión sobre todos ellos en cualquier momento.

Con la forma en que dirigía Hogwarts en cuestión ahora, podría ser cuestión de tiempo que las otras instituciones investigaran lo que hacía o dejaba de hacer.

Lucius fue el hombre, dispuesto y feliz, que le dio la noticia a Dumbledore donde se preparaba para el inicio del nuevo curso escolar. Él, y los profesores, estaban sorprendidos por la idea de que se estuviera investigando tan pronto el inicio del año escolar. Era una jugada de poder, y todos vieron lo que era.

Alguien quería que Dumbledore supiera que conocía sus secretos, que la gente que tenía bajo juramento seguía siendo su gente. Pero había quienes sabían más de lo que decían y de ellos debía cuidarse. El tiempo de los juegos había llegado a su fin.

Dumbledore le acompañó sin ningún problema, dedicándole una sonrisa a Lucius, aunque Malfoy podía ver que al hombre le molestaba mucho tener que dejar Hogwarts tan cerca del curso escolar. En todo caso, el viejo chiflado intentaría que todo esto pasara pronto.

Esperaba que el nuevo año escolar anunciara un cambio en el mundo, que demostrara que Voldemort había sido asesinado, aunque para ello tuviera que morir Harry Potter. Se llevaría un buen susto cuando se supiera lo que había estado planeando para el joven Lord, y más aún, lo que planeaba hacer con la fortuna de los Potter y de los Slytherin, dado que era él quien podía reclamarla.

O lo habría sido, si los duendes no se hubiesen percatado del falso testamento firmado a nombre de Harry James Potter, donde en caso de su fallecimiento todo lo que fuera legalmente suyo -(por sangre, herencia o conquista)- sería entregado a Albus Dumbledore. Por el bien del mundo y del lado de la Luz, por supuesto.

Lucius, consciente de lo que había sucedido detrás de las pantallas, estaba indignado de que Dumbledore y tantos del Lado Luminoso (dado que Harry aún no había salido con su propio título) hicieran esto. Que estuvieran dispuestos a sacrificar a uno de los suyos, alguien con un linaje que llegaba hasta los fundadores y más allá, en aras de una visión que tenían para su mundo. Una visión que ni siquiera era sostenible a largo plazo.

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