𝐆𝐞𝐦𝐬 𝐨𝐟 𝐭𝐡𝐞 𝐭𝐡𝐫𝐞𝐞 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝𝐬² ˢᵃᵗᶻᵘ

𝐄°𝟏𝟗 "Ú𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐩𝐞𝐭𝐢𝐜𝐢ó𝐧"

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Tzuyu lo tenía acorralado, su cuerpo en ese estado era incluso dos veces más grande que el mismísimo Rey demonio.

— S-Sabía que tu asquerosa raza me iba a provocar problemas, debí exterminarte mientras tuve la oportunidad.— Se quejó molesto.

Tzuyu atrapó la cabeza del hombre en su mandíbula, sin esperar más término por aplastar su cabeza con sus poderosos colmillos.

Arrancó los dos últimos corazones y con ellos las gemas que se encontraban dentro de él.

— No acabarás conmigo tan fácilmente...— Apareció detrás de ella.

¿Eso era posible?

¿No se supone que Tzuyu ya había destruído todos sus corazones? Lo era, el cuerpo del hombre ya no tenía puntos funcionales, era mucho más débil que antes, pronto moriría.

— No tengo tiempo, si voy a morir me llevaré a todos ustedes conmigo.— Sonrió malicioso.

El Rey comenzó a golpear a Tzuyu una y otra vez, se alejó un poco y sus ojos perdieron la pupila quedadondo completamente blancos.

Tres tentáculos salieron de su espalda, con la ayuda de ellos comenzó a atravesar el cuerpo de Tzuyu en repetidas ocasiones.

— ¡Ahg! — Un agónico grito salió desde lo más profundo de la bestia — ¡Ahhh!, ¡Ahg!, ¡Ahhh!

— ¡Tzuyu!

Los ojos de Tzuyu se abrieron de sobre manera, su espalda se erizo y su sangre brotó violentamente de su heridas y osico.

La bestia se destransformó de un momento a otro. La alta estába inconciente, había atravesado su corazón, su cuerpo la puso en transe para evitar su muerte.

Si Tzuyu no despertaba, no habría forma de poder sobrevivir.

— Gané...Gané.— Comenzó a reír con fuerza — ¡Gané, gané gané!, ¡te gané! — Sonrió sádico, señalando a Tzuyu.

...

— ¡Tú y toda ésta asquerosa raza están destinados a arder en las llamas de mi infierno! — Sus palabras eran acompañadas de risas burlescas y molestas para las demás.

— ¡Escucha vejestorio! — Mina se hizo ver — Te haré pagar...

— Perdiste la cordura...— Pronunció Jihyo al ver la escena.

Jigoku la mantenía con vida.

Por fin había logrado entender el corazón de Mina, ya no le importaba si las intenciones de ella chica no eran malas, sentía respeto por ella y la ayudaría a luchar.

— Mirate, ni siquiera puedes moverte.— Se burló el Rey.

— ¿Quieres ver que si? — Sonrió sádica.

Mina embistió contra él. Intentaba hacer tiempo mientras Tzuyu se recuperaba.

Podía, pero no poder demasiado tiempo. Solo esperaba que el tiempo que pudiera estar de pie fuese el necesario para que Tzuyu despertara.

— Zhou, debes levantarte.