1. Dorayaki

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El fresco viento de la pequeña cuidad acaricia el cabello verde ondulado de Izuku. La cara del peli verde está apunto de estallar en lágrimas por la desesperación.

¿Que más puede hacer? Sin experiencia en algún trabajo es imposible que alguien lo contraté. Sus únicas opciones son de lavaplatos o de intendente en una escuela, la última se descartó como opción ya que tiene clases así que la única opción es de lavaplatos en algún restaurante o cafetería.

La luna está apunto de aparecer, es hora de volver a casa pero sería una vergüenza para el volver y sin trabajo para ayudar a su madre... Tiene que esperar hasta mañana.

Izuku esta demaciado cansado de caminar por toda la ciudad, aún que sea pequeña la ciudad, para una persona que no está familiarizada es cansado. Así que decidió ir a una repostería que está cerca de su universidad, da gracias a dios que estaba cerca.

-Buenas noches ¿aún está abierto?- dijo mientras entraba lentamente.

Para su sorpresa estaba en la caja Katsuki bakugo, no lo conoce bien pero lo ha visto de re ojo por los pasillos de la universidad ya que no son compañeros.

-Si, claro...- dijo el cenizo con un tono cansado. Todo el día estuvo trabajando como cajero y mesero al mismo tiempo, fue un día muy complicado por qué era fin de semana y se llena demaciado el local. A veces desea que no fuera tan famosa la tienda de su padre.

-¿Que es lo que va a pedir?.

-Me da unos dorayaki con relleno de chocolate, por favor- le sonríe amablemente al cenizo, aún que izuku este cansado no será escusa para tratar mal a la gente... Pero en si cara se nota todo el cansancio.

Katsuki agarra con unas pinzas uno por uno de los dorayaki y los mete a una cajita.

-Tome, son 128 yenes...- katsuki trata de ser lo más amable posible pero su temperamento no es el mejor y si cansancio no lo ayuda.

El cenizo noto los hermoso rizos verdes y los ojos color esmeralda del chico. -Disfrute su postre...

Cuando izuku salió de la tienda, katsuki estuvo apunto de desmayarse del cansancio y el sueño, esto le pasa por aceptar cerrar el local. Pero aún así no dejaba de pensar en ese chico.

...

-Ya llegue a casa!- lo dice el pecoso mientras entra a la casa.

-Zuzu! Ya es muy tarde! Que paso? Estás bien?- Inko es algo sobreprotectora, era de esperarse, su hijo es lo único que tiene y no quiere que le pase algo malo. Cosas de madres.

-Estoy bien mamá, no te preocupes. Me tarde por qué te traje esto!- Izuku le muestra la cajita con dorayakis, los trajo principalmente para su madre se tranquilize y para que también no lo regañe, es un arma de doble filo.

La suerte estuvo de lado de Izuku, Inko solo le dijo que ya no llegara tan tarde mientras disfrutaba el rico sabor del dorayaki.

-Te gustaron, mamá?.

-Si! Están deliciosos!... Pero aún así no te hubieras preocupado, pudiste utilizar este dinero para comprar algo para ti-

-No te preocupes por mi, me alegra que te hayan gustado- para izuku su mayor prioridad es su madre, no le importa si gasta dinero en ella en ves de el.

-Entonces agarra, no me los voy a acabar sola- izuku agarra uno, el sinceramente piensa que su sabor será regular como todos los que ha probado pero esa forma de pensar cambio, cuando dió el primer mordisco se le iluminó la mirada.

-Waa esto... Realmente es delicioso!- le sorprende que un panecillo con relleno de chocolate sea tan esquisito y rico, sin dudas volverá allí.

...

Horneando el amor || katsudeku ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora