|| INSIEME ||

12 1 0
                                    


Conocerte produjo muchos cambios en mi cuerpo, al grado de creer que era una especie de magia. Te creí tan irreal, cuando te contemplaba en mi regazo, podía jurar que brillabas como una estrella en la inmensa manta que nos cubre a gran distancia. A pasos minuciosos consumías mis deseos, — o más bien, las ambiciones planteadas por mi familia—, liberándome.

Construí una utopía que la contraparte de mi interior anhelaba desde siempre. Te convertiste en esa persona que no deseo soltar cada vez que nos despedíamos en el umbral de mi prisión. Te comencé a querer; te comencé a necesitar; te comencé a amar. Sin embargo, la rota imagen concebida por mis conocidos repiquetea en la conciencia desconfiada; un «pero» que ignoraba con incesante terquedad. Conservaba la idea de descubrir ese diamante en bruto que todo mundo oculta por miedo a ser uno mismo.

Estúpidas ideas de una niña ingenua.

Inicié una tempestad en medio de tanta calma, todo por demostrarte amor. Terminé en un pozo que comienza a ahogarme con la filtración de tus mentiras. Ahora que me diste la espalda sé que nunca sentiste lo que canturreabas en esas mantas oscuras. Ahora sé que somos completamente diferentes. Ahora sé que nunca seré suficiente para ti.

No creo, —ni espero—, reencontrarme contigo. Esta maleta a mi lado conserva las piezas de esa chica que rompiste con tus palabras ajenas a mi presencia. Buscaré la paz, pese a que estoy completamente sola, gracias a ti; pero también gracias a mi petulante ambición. Los libros solo tienen finales felices, mas, mi historia contigo termina con rencor.

¡Te odio, Park Jimin!


❋❋❋


Te esfumaste cual agua evaporada por el insolente Sol, en un abrir y cerrar de ojos. Tan solo necesitaba asumir lo que estaba sucediendo, tengo un miedo enorme. Sé que lo jodimos, sé que lo jodí con el vómito verbal. Tus ojos empapados en lágrimas con tristeza, terror y frustración; tu totalidad retumbando cual cimiento inestable; pero tu altanería consagró la osadía de nuestro momento de euforia.

Mi epifanía fue justo en el instante en que me percaté que mi pecho dolía como el infierno ante tu ausencia. Imaginarte torear con toda esa responsabilidad, permea mi defecto más evidente. Un completo asno; el imbécil que te hace suspirar; el petulante chico que te trató peor qué una basura. Todo habría sido diferente si me hubieras dado tiempo. Todo hubiera sido diferente si no fueras tú. Todo habría sido diferente si estuviera enamorado de ti.

No saber cómo es que mi cuerpo tiembla de sobre manera me crea esa sensación de extrañeza, la situación se convirtió en mi martirio. Algo anda mal y sé que no soy yo. Después de todo vivo en esta utopía que siempre desee, un inmenso mar de decisiones. Trayectorias impresionantes, pero el vector seguía siendo el mismo. No importa que haga, siempre estas presente en mis memorias. Mi contrato previamente escrito contradice todo lo que susurrábamos en la madrugada.

Nunca fue ni será un: tú y yo.

INSIEME || Park Ji Min ||Where stories live. Discover now