23.- Bajo el mismo techo

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Daniel asintió, al tiempo que el ojimiel se puso de pie diciendo: bien, vamos al despacho Julián... parece que lo que tienes que decirme es muy urgente, tanto que no puedes esperar...

Mauro salió seguido del doncel pelirrubio, quien tras dar unos pasos, sintió que su mano derecha fue sujetada por Diego.

Diego: yo voy contigo, Julián...

El ojiazul sonrió entendiendo que lo que Diego pretendía era apoyarlo, por lo que asintió, dirigiéndose al despacho tomado de la mano del musculoso semental.

Quedándose en el comedor con los dos donceles, Carlos le dijo a Martín: yo también debo estar presente en esa reunión... ahora vuelvo...

Martín asintió, por lo que el barbado se dirigió apresuradamente al despacho.

Al quedarse a solas con Daniel, Martín intentó ser amable diciéndole: bienvenido...

Daniel barrió despectivamente con la mirada a Martín, para después voltearle la cara sin contestar.

Apenado, Martín agachó la cabeza, dándose cuenta del rechazo del doncel.

Apenado, Martín agachó la cabeza, dándose cuenta del rechazo del doncel

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En el despacho, Julián estaba reunido con los tres sementales... Diego estaba a su lado mientras que Carlos y Mauro frente a él.

Dirigiéndose a Julián y Diego, el ojimiel habló con sarcasmo: ¿así que ustedes ya son pareja?

Diego respondió con firmeza: sí, desde hoy Julián y yo somos novios...

Sin disimular una sonrisa burlona, Mauro expresó: vaya, parece que aquí todos estamos jugando nuestras propias cartas, y tú Diego, tenías un as bajo la manga...

Diego: ¿qué quieres decir con eso?

Antes que Mauro respondiera, Carlos intervino: nada en particular, es solo que tanto a él como a mí, nos sorprende que ahora tú y Julián estén juntos...

Diego: ¿por qué? ¿qué tiene de raro?

Carlos respondió socarronamente: lo raro es que Julián es el viudo del abuelo por si ya lo olvidaste... ¿acaso no es incesto que estés saliendo con tu "abuelastro"?

Ante el comentario burlón, Diego contestó enfadado: no digas estupideces Carlos y mejor para esa lengua larga que tienes o yo...

Carlos habló retadoramente: o tú ¿qué?

Al ver que una pelea podía desatarse, Julián tomó la palabra: por favor Diego, no hagas caso a las provocaciones de Carlos... él sabe muy bien cómo se dieron las cosas y por qué tuve que casarme con el abuelo... pero por si tienes alguna duda, Carlos, yo no soy "abuelastro" de nadie porque mi boda con don Serafín solo se limitó a lo legal... entre tu abuelo y yo solo hubo una relación fraternal limpia y sana...

Los SementalesWhere stories live. Discover now