Capítulo 31 [+18]

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Yo estaba bien, era inmune a la dosis que mis labios le inyectaron.

Al principio no pareció importarle, así que profundicé más el beso, lo suficiente para que deseara más, para que el trozo de carne en su pantalón se endureciera como una piedra.

—Mailyn... —jadeó él, al principio creí que por el éxtasis del momento, intentando apartarme, como si no fuese correcto.

Y eso solo hacía más excitante meter mi lengua en su boca, notar el cambio de su entrepierna al restregarla contra mi pelvis y de su respiración cargada de conflictivo deseo.

O eso pensaba yo, hasta que, con un puñetazo me lanzó lejos de él.

—¿Qué mierda...?

Me toqué la cara. Me dio tan fuerte que dejó mi labio partido.

Escupí la sangre en la alfombra y le miré, esperando que tuviera una muy buena explicación.

—¿Brigga? —escupió, entre ofendido y burlesco—. ¿Es en serio?

Ya no tenía caso mentir, él me había descubierto, y parecía incluso burlarse de mí.

No solo Aaron sabía de la existencia de la droga sino que reconoció su sabor, y no daba signos de estar siendo afectado por ella.

Quería matarme de la impotencia. No sé cómo pude fallar y descubrirme así de mal.

—Ya no solo estás con uno de apenas dieciocho, que además es novio de tu prima, sino que me drogas para cogerme.

—¿Yo...?

Me llevé las manos a la boca para aguantar la risa histérica que me atacó. He drogado hombres por muchas razones, pero jamás por un fin sexual. Que Aaron lo insinuara no solo me daba rabia por la delicada acusación, me hería el maldito ego en lo más profundo.

—Te drogo para no tener que cogerte, idiota —solté sin disimular mi indignación—. Esperaba no tener que cruzar esa línea y que con un par de preguntas me digas lo que quiero. Por eso la brigga.

Él empezó a reír, sus gestos, el estado en el que se encontraba, reflejaba mucho más desequilibrio que el que yo mostré hacía un rato. Se puso a negar mientras se agarraba el pelo con ambas manos, y entendí su sentimiento. Era esa patada en los testículos de enterarte de que las señales siempre han estado frente a ti, y de que fuiste un idiota al no darte cuenta.

—Por suerte no me hace falta drogarte para descubrir tu verdad —dijo luego de un rato, arrancando la corona de su cabeza para lanzarla al otro lado de la habitación.

—¿A qué verdad te refieres?

—A que eres de los espías de Dain.

Así que los Jesper sabían de Dain, de la brigada, y tal vez incluso más que eso. Entiendo ahora que eso fue Roman: un espía para Dengus. La pregunta es: ¿qué motivos tiene Dengus para infiltrar sus agentes en medio de los Jesper?

—¿Y qué si lo soy? —inquirí con tranquilidad, sentándome al borde de la cama con mis esbeltas piernas cruzadas luciendo los altos tacones en punta.

Noté que Aaron, aunque se veía consternado y ofendido, hacía un consciente trabajo para no mirarme más abajo de la falda. 

—Cuando mi padre se entere se va a morir, pero primero matará a muchas personas.

—¿Vas a decirle?

—Yo no, pero esta noche tendrá que saberlo.

—¿Por qué? —pregunté con un puchero, inclinándome para darle una vista privilegiada a mis tetas rodeadas por el arnés.

Nerd 2.5: Parafilia [+18] [COMPLETA]Where stories live. Discover now