Capítulo 11: Debajo de los escombros. [B]

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Ella es la barista que no nos dejó beber. Me costó reconocerla porque aquel día llevaba un esmoquin y tenía el cabello atado en un rodete bastante prolijo. Ahora lleva su cabellera negra suelta, un delineado perfecto, una camiseta de Kiss y una falda de jean corta.

— Alex, ella es... —me mira sin saber que decir—... mi desconocida amiga de la que te hablé.

— Te conozco —le digo haciendo que frunza el ceño— Eres la chica de la fiesta, quién no nos dejó a mi... —pienso en cómo llamar a Skyler—... amiga y a mí beber —finalizo con una sonrisa divertida.

Su ceño fruncido desaparece.

— Me llamaron de peores formas —dice comenzando a sonreír— Lo lamento, pero estaba haciendo mi trabajo.

— Sin rencores —levantando ambas manos, divertida.

El desconocido nos mira con una sonrisa.

— Tráeme un poco de whisky, por favor Alex —le dice apoyando uno de sus codos sobre la barra— ¿Y para mi amiga...?

— Solo cerveza —contesto.

Alex va por nuestras bebidas, no sin antes darle una mirada al desconocido.

— ¿Seguiste mi consejo? —me pregunta cuando nos quedamos solos.

— ¿Qué consejo? —arqueo una de mis cejas.

— Sobre no sobre-cargarte de emociones.

Lo intenté.

— No —contesto— Creo que estoy en desacuerdo con tu técnica.

El desconocido aprieta los labios en una sonrisa.

— ¿Qué sucede cuando inflas demasiado un globo? —me pregunta sosteniendo un escarbadientes con sus pulgares e índices.

Trago duramente antes de contestar.

— Estalla.

El desconocido rompe el escarbadientes. Alex viene en ese momento con nuestras bebidas y nos deja para atender a otros clientes.

— Porque no estalles, chismosa —me dice levantando su vaso con whisky.

Tomo una respiración profunda.

— Mi nombre es Brooke —decido confesar.

Él me mira sorprendido, bajando su vaso.

— Soy Nash —dice volviendo a sonreír— Admito que comenzaba a molestarme la discreción.

Nash vuelve a levantar su vaso.

— Porque no estalles, Brooke.

Suelto una risa seca y levanto mi botella de cerveza.

— Porque no estalle, Nash.

Ambos sonreímos antes de beber.

(...)

Levanto la vista y veo que Sophie está mirando por la ventana. Le saludo con una sonrisa, lo cual parece desconcertarla porque me saluda algo extrañada. Me río por ello mientras me adentro a la casa y voy directamente a la cocina porque en el camino comencé a sentir hambre. Aunque mi buen humor cesa en el momento que pongo un pie adentro.

Hay música en la cocina, corrieron los muebles para hacer más espacio para la pista de baile que ocupan Emily y mi padre. Pronto entiendo que Melanie está enseñándoles una coreografía. Ella los guía y mi padre se equivoca apropósito para hacer reír a mi hermana menor.

Hay un olor exquisito, posiblemente sea lasaña. Mi comida favorita y la de Melanie.

Mamá solía hacerla para nosotras cada domingo, ya que eran sus días libres del trabajo. Papá y yo nos encargábamos del postre, y casi siempre hacíamos brownies porque lo demás se nos quemaba o tenía un sabor espantoso.

Estúpidas Decisiones #MEN4Where stories live. Discover now