Nobody Like You // Lee Je No

OO5

—De ahora en adelante, tendré más cuidado a la hora de hacerte bromas—todo esto era una situación caótica, Je No ya se encontraba con una venda alrededor de la palma de su mano.

Al parecer el pobre sufrió una pequeña quemadura, y más que nada fue culpa suya al no calcular donde puede o no colocar su mano.

—Cállate y come—mando quien yacía a su lado comiendo a toda prisa.

Si que lo estaba disfrutando.

—¿Quién es ella?—ignoró por completo lo que dijo al tomar un pequeño retrato que se encontraba lo suficientemente cerca.

Se Rim miro la foto que este tenía en manos y dejo su plato de lado.

—Es mi madre—contestó con la mirada fija en el rostro alegre de aquella señora.

—Eres igual a ella—mencionó ahora con la mirada sobre la pelinegra.

—No sabes lo que dices—le arrebató el marco dejándolo dónde antes estaba, para luego continuar con su plato.

—¿Te molesta hablar de tus padres?

—Eso es algo que no te incumbe.

—Creí que ya teníamos la confianza suficiente, prometo no contarle a nadie—alzo su meñique esperando que la chica lo entrelazara.

—¿Qué haces?—esto le extrañó.

—Oh, es algo que suele hacerse cuando prometes algo—le tomo la muñeca e hizo que su meñique se entrelazara con el suyo—y juntas los pulgares—hizo tal acto.

Miro con detenimiento sus manos, pero al momento en que se conectaron sus miradas rápidamente alejo su mano.

—Que ridiculez—comentó.

—Bien, ya lo prometí, no sé lo diré a nadie, ahora, puedes hablarme de tus padres—el plato de Je No ya se encontraba totalmente vacío.

Lo miro de reojo dándose cuenta que toda la atención del muchacho estaba en ella y parecía no tener intención de dejarla en paz. A esto dió un gran suspiro de fastidio, volvió a dejar su plato, está vez ya vacío, se giró hacia él dispuesta a hablar. Esto lo hacía con la intención de que ya jamás volviera a tocar el tema.

—Bien, ¿Por dónde empiezo?—susurró con la mirada hacia sus manos—mi madre falleció al yo tener 7 años, tenía cáncer, la quimioterapia no ayudo mucho—hizo una breve pausa—y mi padre, el aún vive, pero, hizo una familia y se olvidó por completo de mi.

Je No no parecía estar asombrado con todo lo que le había relatado, tenía una mirada de preocupación por Se Rim.

—¿No tienes más familia?—se atrevió a preguntar.

—Mi abuela, ella suele visitarme, y es quien me ayuda en todo.

—Sobre tu madre, ¿En serio falleció de cáncer?

—¿Por qué te mentiría sobre su muerte?

—Perdón, no quise decirlo así.

El ambiente se torno un poco incómodo y raro, permanecieron callados por un largo rato, de no ser porque Je No sugirió en ayudarla a lavar los platos.

—Yo puedo hacerlo, ya deberías irte—fue hacia este quien llevaba los platos hacia el lavadero.

—Ignoraré eso—le dedicó una sonrisa y así empezó con su labor.

La pelinegra por alguna extraña razón empezó a sentirse rara con la compañía de Je No.

Él es raro.