Capitulo II

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Doncaster, Inglaterra.
Actualidad (2015)

Aidan Gallagher

—¿¡Un bebe!?

____ tenía que estar jodidamente loca, no, jodidamente loca no, ¡Demente! Sí, eso es lo que era. ¿De dónde había sacado esa idea tan estúpida?

Yo lo sabía. Lo supe desde la noche que lo conocí en la comisaría, _____ estaba mal de la cabeza, y hoy lo estaba confirmando. En los años de amistad que llevamos ha dicho y hecho cosas estúpidas, pero no a tal grande de decir que quería un hijo.

Tenía que ser broma, y una de muy mal gusto.

—Si, ¿Por qué te sorprende tanto?, Tú más que nadie sabe cuánto amo a los niños, tú me conoces mejor que nadie, Aidan ¡Hasta me dedico a ellos!— Entonces iba enserio.

—_____, no, una cosa es trabajar con niños, tenerlos solo seis horas contigo, darles un pequeño desayunar y almuerzo para después de esas seis horas sus padres vayan por ellos. ¿Sabes cuánto trabajo y responsabilidad requiere la crianza de un hijo?— cuestioné. —Ya no solo lo vas a tener unas seis horas, serán veinticuatro ¡Y por toda tu vida!

—Aidan, yo sé lo que quiero. Tengo 25, ya estoy bastante grande para saber que es lo que estaba bien o mal para mí, y esto, es un ejemplo de las cosas de que, estoy seguro, son muy buenas—no _____, no. Esa cara por favor no. Su labio rosado inferior sobresalía, tenía la mirada cristalizada y me veía fijamente, ella sabía que conseguía lo que quisiera con esa maldita cara. Pero no, está vez era la excepción.

—Ni lo intentes, ______. Está vez no—No era no —. Por lo mismo que tienes 25 deberías pensar mejor las cosas, todavía tienes más tiempo de espera.

¿De dónde pensaba sacar a ese bebé que tanto quería? Hace unas dos semanas que no hablábamos por el trabajo y falta de tiempo, hasta donde recuerdo, _____ no tenía pareja, o tan siquiera salía con alguien. ¿Adoptaría?

Cuando me llamó para venir aquí me dijo que tenía algo que decirme y necesitaba mi opinión. Se supone que me diría algo como: "Aidan, compraré nuevos sillones, ¿Que dices?, Tal vez negros para que combinen con la mesita de centro", después de eso ver unos cuántos capitulos de Skins en Netflix, comer un poco de pizza y beber algo fresco hasta que sea demasiado tarde y llegue la hora de irme.

—¿Al menos ya has pensado cómo se supone que le tendrás? Tú sabes... Los "medios"—hice comillas con mis dedos. Ojalá no me salga con otra estupidez.

—Primero pensé en adoptar, pero no, tal vez suena egoísta pero no es lo mismo, quiero que el bebé sea mío de mi sangre, Aidan—dios, si que se veía ilusionada.  Me gustaba la alegría que le causaba el hablar de este tema, su sonrisa era diferente al igual que el brillo de sus ojos. —Hice una lista de opciones... Ten.

Saco una hoja doblaba y escrita del bolsillo trasero de sus skinny jeans -que no es por nada, pero se veía increíble en ellos-. Deshice los varios dobleces mal hechos que tenía y, oh, en verdad había hecho una lista. Ocho años de conocerla y aún me seguía sorprendiendo.

Seguidamente leí el contenido. Pagar por  un espermatozoide o inyectarse uno era algo aceptable al igual que la adopción solo que _____ dijo que quería un hijo de su propia sangre así que imagino que se iría por la primera pues la segunda podía ser algo riesgosa pero arriba de esta estaban unas líneas indicando que aquella estaba descartada. La tercera opción excedía los límites, era absurda, ¿Un polvo? No, eso era muy riesgoso, podría contraer cualquier enfermedad por medio de ese método, además de que, en estos tiempos nadie tenía un polvo sin protección. Por el amor de dios, estamos en 2015, siglo XXI.

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