O2

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La última vez que Xiao había visto a Hu Tao había sido aquel día de altas emociones en esa fiesta, por lo que la castaña a pesar de haber recibido el mensaje de su amigo cuando volvió a casa y por parte de aquella chica que le avisó que Xiao se había ido, le había bombardeado de mensajes preocupados por su tan pronta ida a la mañana siguiente, cuando la chica despertó con gran dolor de cabeza por todo el alcohol ingerido. El de ojos dorados había respondido como siempre, de manera simple y amable para su amiga, dándole de excusa el hecho de haberse sentido abrumado por tanta gente y que Kazuha no estaba en ningún lado, además que había pescado un ligero resfriado por no haber llevado chaqueta al subirse a su motocicleta.

Su amiga le creyó lo dicho, puesto que no había alguna razón por la que Xiao le estuviera mintiendo. Le creyó su historia hasta que dos días después de esos mensajes la joven fue a la casa del chico para llevarle comida que había comprado, y tras una charla Hu Tao no tardó en sacar la verdad de la boca de su amigo. Desde lo de Kazuha y Tomo hasta lo de ese chico en el armario.

Le consoló por lo de Kazuha, acariciando su cabello y dejando que este se acostara en su regazo con una almohada, como si de una madre a un niño pequeño estuviera acariciando. Después de eso, no tardó en bromear y juguetear con él por lo sucedido ahí dentro con ese desconocido, por lo que sólo hacía a Xiao sonrojarse y sentirse avergonzado de su comportamiento tomado a impulso por sus emociones revueltas.

Pero sin duda, Xiao se sentía mejor con Hu Tao ahí a su lado, los dos últimos días se había lamentado con su persona por crear tantos escenarios ficticios con Kazuha, por pensar en él como más que un amigo, por dejar que su corazón nublara su mente y creara cosas que nunca pasarían y solo le terminaron lastimando. Para Xiao, todo eso era patético. Había hecho que su mente se desviara de todo eso esa noche gracias a ese chico en el armario, pero al día siguiente había sido un gran bajón de emociones que le hicieron hacerse bolita en la cama bajo las sábanas y poniendo música de fondo.

Pero ahora ahí con Tao se sentía todo menos pesado, tal vez era la personalidad de la chica y lo fácil que se adaptaba a él, no lo sabía, pero lo agradecía infinitamente.

—Mañana debes regresar a clases, hoy faltaste porque dijiste que estabas enfermo. —le recuerda con voz apacible, Xiao refunfuña por lo bajo. Ese día solo tenía en su horario dos clases que no eran problema para él, bien si algo importante había sucedido, lo podría recuperar. —Oye, nada de quejas, debes hacerlo. Vine a verte porque estaba preocupada porque dijiste que tenías gripe, pero tienes mal de amores.

Lo rodea con sus brazos mientras le apachurra en un abrazo, sacando otro quejido de la boca del chico.

—No tienes que exprimirme, no vas a sacarme eso con sacarme el aire. —le da pequeños golpes en su espalda para liberarse de ella y así levantarse de donde estaba acostado, sentándose a su lado. Sube ambos pies al sofá, flexiona sus rodillas y abraza sus piernas mientras  recarga su mejilla. —Estaré bien, lo olvidaré en unos días, solo supongo que esta es la parte donde la persona tiene que desahogarse en sentimientos negativos para despedirse de esas emociones que le crean conflicto, ¿no?

—No lo digas así, suenas como si lo hubieras buscado en Internet. —musitó con diversión la otra, mirándole con ojos juguetones para después reír, levantándose del sofá para ir a lavar los trastes sucios. —Aunque, no me sorprendería si lo buscaras en Internet. —menciona entre risas desde la cocina.

Rodando los ojos sólo se deja caer por completo en el sofá, soltando bajos murmullos en queja porque exactamente había buscado el cómo quitarse los sentimientos de un corazón roto en Internet.

—Jodete.
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Detrás de la puerta. ! xiaoether Donde viven las historias. Descúbrelo ahora