After Ending

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«Gracias por volver, mi bella dama.»

—¡Bien! Terminamos por hoy, fue un gran ensayo —el director de la obra exclamó entre pequeños aplausos, mientras que los actores bajaban tranquilamente del escenario.

La puerta del teatro se abrió de manera lenta y por ésta entró una mujer con un paraguas en su mano y una gran sonrisa en su rostro. El peliblanco, quien tomaba agua hacia algunos segundos, exclamó su nombre y corrió hacia ella dándole un gran abrazo.

—Volviste —dijo con una sonrisa de alegría, la contraria asintió.

—Te dije que lo haría —el joven actor comenzó a esparcir pequeños besos por todo su rostro, causando que la fémina soltara una leve risa.

—Entonces... volvamos a casa —le dijo con un brillo en los ojos y una sonrisa, ella asintió.

Caminaron juntos, debajo del cielo que poco a poco se tornaba gris, tomados de la mano todo el tiempo, pues a pesar de que podían llamar a su chofer, preferían pasar el tiempo de esta manera. Sólo ellos dos, disfrutando del momento.

—¿Y cómo te fue en París? —preguntó Zen con una sonrisa.

—Muy bien, de hecho, tuve mucha más aceptación de la que pensé —admitió orgullosa de sí misma—. Volveré pronto, será después de la obra, así que podremos ir los dos juntos.

—La ciudad del amor... aunque no me importa mucho, con que estemos los dos juntos —le respondió con un leve sonrojo.

Ambos se miraron a los ojos en completo silencio, ambos sonrojados y con una sonrisa en sus rostros, compartiendo el mismo brillo en los ojos. Su corazón palpitaba rápido, y podían sentir aquellas mágicas mariposas en el estómago.

Más su momento especial fue interrumpido por las gotas de lluvia que comenzaban a caer de manera lenta, ambos rieron sin una razón aparente. La fémina soltó la mano del peliblanco para poder abrir el paraguas que llevaba con ella, el chico tomó el objeto con delicadeza, colocándolo entre ellos.

Y, a pesar de que tenían planeado caminar a casa, la lluvia comenzó a caer con más fuerza de lo que esperaban. Se miraron el uno al otro de manera cómplice, entendiéndose con tan sólo ese gesto.

Unos segundos después, se encontraban corriendo debajo de la lluvia uno al lado del otro, riendo de manera animada.

De manera inesperada, y tal vez por no estar prestando tanta atención, la fémina se resbaló y casi caía si no hubiera sido por Zen, quien la tomó del brazo impidiéndolo.

—Me parece que necesita un poco de ayuda —le entregó el paraguas con una sonrisa divertida, y tan sólo unos momentos después, la había cargado como princesa, y ahora corría debajo de la lluvia, pero sin dejar de reír.

Una vez estaban frente a la gran casa de la mujer, ambos entraron de manera rápida, quitándose sus zapatos y exhalando gemidos exhaustos por tanto correr.

—Te traeré agua, espera aquí —dijo ella dirigiéndose a la cocina rápidamente, él la siguió y una vez que tenía el vaso con el líquido, lo bebió sin dudar—. Bien, ahora hay que tomar una ducha, ¿quieres ir tú primero o...?

—¿Por qué no los dos juntos? Así ahorramos agua —le guiñó el ojo causando que se sonrojara rápidamente.

—Tienes razón —admitió algo nerviosa.

—Así que, mi bella dama, antes de entrar en la ducha, ¿me permitiría darle un cordial beso, lleno de amor para usted? —preguntó con una sonrisa juguetona.

—A usted, joven caballero, le doy permiso de darme todos los besos que quiera —le respondió de igual forma, y sin esperar más, juntaron sus labios con pasión, demostrando lo mucho que se amaban.

Esos pequeños momentos hacían que sus corazones se llenaran de felicidad.

𝙵𝚒𝚗
¡𝙶𝚛𝚊𝚌𝚒𝚊𝚜 𝚙𝚘𝚛 𝚕𝚎𝚎𝚛!

•Próxima historia: Eighteen; Jaehee Kang

𝐄𝐢𝐠𝐡𝐭𝐞𝐞𝐧; ZenNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ