10. Hay mucho en comun entre un funeral y una boda.

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Bajamos del escenario en medio de aplausos, y Rodolfo ,que ya estaba ahí esperando por nosotros, nos extendió los abrigos que vestimos rápidamente

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Bajamos del escenario en medio de aplausos, y Rodolfo ,que ya estaba ahí esperando por nosotros, nos extendió los abrigos que vestimos rápidamente.

—¿Qué le pasó? — preguntó Victoria tranquilamente, como si ya se esperara lo que fuera que había pasado, a la vez nos retiramos el auricular y ella agarró su teléfono.

—Un ataque al corazón, murió en su casa luego de presentar taquicardia. Su hijo lo encontró, lo acaban de reportar a la corte.

—Un desafortunado accidente. Que lástima — susurró—. No, la verdad es que no me da lastima, ojalá se pudra en el infierno.

Emití un expresión de sorpresa ante sus palabras, pero intente esconderlo tras una leve tos falsa.

Sabía que Charlat era el hombre con el que Victoria había discutido hacía un par de semanas, pero más allá de ello no sabía quién era ese hombre o porque lo odiábamos tanto.

—Joseph, vuelve con tu equipo de seguridad al palacio, por favor, esta noche tendremos que asistir al funeral. Quiero que lo entierren mañana, o ya hasta en tres días, pero que no se le ocurra al imbécil de Lavi arruinar mi boda ¿Está claro, Ruder?

—Como ordenes, Vic.

—Y ordena el arreglo de flores más grande que tengan en la floristería, que lo envíen a casa del duque. Recuerda firmar a nombre de la familia real. Yo iré a contarle a mi padre lo qué pasó, Charlat era su amigo. Una lástima.

—Nos veremos al rato entonces, ¿no?—Pregunté, solo para confirmar lo que tenía que hacer.

—Sí, yo tengo que ir antes a algún lugar, pero más tarde te veo en el palacio.

Asentí, no muy seguro y aunque salimos juntos del edificio ingresamos a distintas camionetas.

Durante todo el camino al palacio no pude dejar de pensar en que había muchísimas cosas que Victoria no me estaba contando.

Tampoco podía dejar de reproducir sus palabras en mi cabeza. Un desafortunado accidente.

"Los accidentes no existen en la lucha de poder"

¿Sería mi prometida responsable de lo que le acaba de suceder al ministro?

—Joey, llegamos al palacio.

Asentí, mientras me abrían la puerta de la camioneta y daba paso al palacio. Al día siguiente Harry llegaría con Sonia a Dagraophem y podría contarle ¿o no?

Juan Gris me recibió emocionado y lo tomé en brazos, su niñera le estaba sirviendo la cena, y la saludé.

—¿Cómo estuvo mi rey hoy? ¿Se portó bien? — pregunté curioso a la joven mujer.

—Sí señor, también dimos un paseo.

—Gracias, de verdad. Sé que no es el mejor trabajo cuidar todo el rato de él, pero es mientras que se acostumbra, te lo agradezco mucho, ya puedes retirarte.

Cuando la corona se rompeWhere stories live. Discover now