[2] Dan & Ellie

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[EXTRA 2]

Ellie

Había decidido tomarme un día para mi. Me había despertado muy temprano, y decidí salir a desayunar yo sola, y disfrutar un poco de mi agradable soledad.

—¿Un café negro?—pregunta la chica detrás de la barra.

—Si, negro—reiteró.

Me juzga con la mirada, queriéndome decir que soy muy básica para ir a Starbucks  y comprar solo un café negro.
Toma un vaso de plástico y vierte el café directamente de la cafetera, coloca la tapa y me lo entrega con una cara muy amargada.

Lo tomo con felicidad.

—Sonríe un poco nena, tal vez así tengas más propias—murmuro.

Su rostro cambia de inmediato, en sus finos labios se dibuja una forzada sonrisa.
Me alejo de ahí.

Mi celular vibra en el bolsillo, con agilidad lo saco y respondo, es Ali.

—Buenos días nena—murmura al otro lado de la línea.

—Hola beba—respondo—¿Qué tal amaneció la embarazada más adorable del mundo?

Suspira—Arruinándole la vida a Damián.

Hago una mueca—No quisiera ser el.

—Ven a desayunar—pide.

—De hecho... ya estoy desayunando.

—¿Con quién?

—Estoy sola—aclaró.

Me centro en la conversación con Ali que no me fijo por donde camino exactamente, hasta que choco con algo duro que hace que demarre mi café en mi blusa blanca.

—¡Ahhh carajo!—jadeó al sentir el calor del líquido.

—Ohhh...—murmuran.

—¡Mierda! ¡Quema! ¡Me queman las tetas!—me quejo.

Levanto la mirada para enfocar al culpable de mi dolor y le sorprendo al ver ese brillo azul.

Dan Harrison.

—Ellie...—murmura.

—Me quemaste las tetas—repito.

Sonríe—No era mi intención quemar tus tetas.

—¿Quién te quemo las tetas?—pregunta Ali.

Recuerdo que la tengo al teléfono y sigo quejándome por el dolor de la quemadura.

—Derrame el café, te llamo luego—cuelgo.

¡Mierda!

—De verdad lo siento—repite.

—No importa—trato de limpiar el desastre—Venia distraída.

No deja de verme fijamente.

—¿Qué? ¿Me ensucie la cara o me veo horrible?—pregunto alarmada.

Escenas extra de ¡prohibido extrañarse!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora