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Capítulo seis: Habla de mi.

Simplemente me quedé muda, y debí de haberle dado mala impresión con eso, porque no dijo nada más, solo me llevó hasta la puerta de mi casa por petición de su madre y nos despedimos. No pegué ojo en toda la noche, no podía, era algo que me atormentaba, porque me había quedado totalmente muda delante de él luego de que me dijera de que su mamá tenía cáncer.

Es frustrante, porque no me di cuenta, era muy obvio y no me di cuenta y lo forcé a que me lo dijese, era hasta mala persona. A la mañana siguiente, me quedé en mi habitación intentando estudiar matemáticas, los números era lo mío, pero hoy parecía más interesante mirar por la ventana, Jungkook cortaba las plantas de su jardín como un verdadero profesional. Así me quedé un rato, mirándolo, este chico si que tenía problemas en su vida.

La razón por la que siempre permanecía triste y callado era por eso, la razón por la que fumaba era para quitarse un peso de encima cada vez que pensaba que podía quedarse sin su madre. Yo estaría igual o incluso peor si me pasara algo parecido.

He descubierto su secreto y... ahora en vez de curiosidad hay... ganas, quiero seguir intentando estar a su lado, me... me gusta Jungkook, incluso con sus problemas, quiero estar a su lado y que no se sienta solo, quiero ser esa persona que su madre quiere para que se acerque a él. Hay una nueva meta en mi cabeza y no puedo apartarla, soy insistente, simplemente si me propongo algo no puedo obviarlo, y quiero... estar con Jungkook.

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—¿Jungkook se tardará mucho? —pregunto mientras ayudo a la señora Jeon limpiando la sala con una aspiradora. Todo ya está ya acomodado, se ve muy bien y acogedor aquí dentro.

—Trabaja de diez a ocho, le he insistido en que no es necesario pero debe de pagar algunas cosas que el dinero que su padre le da no le es suficiente —me cuenta. Yo me intereso cada vez más por todo lo que me cuentan de él.

—¿Y trabaja en qué? —inquiero.

—Según él, de mesero, pero trae mucho dinero, así que debe de ser mentira, siempre me miente para no preocuparme —asiento.

—Claro, entiendo, es normal, si se lo cuenta seguro que no le deja trabajar, eh —ella ríe un poco, hoy anda con unos tubos desgados por la nariz, y una cosa que no se como se llama con suero que va pegada a la vena de su brazo. Está sentada tranquila en el sofá mientras teje.

—Por eso no me lo cuenta, pero él ya es grande, que haga lo quiere, pero siento que lo tengo muy poco en casa —suspira un poco nostálgica —Me alegra que Jungkook haya insistido en mudarse para aquí, ahora no me la paso tan sola —le sonrío.

—Casi siempre estoy sin hacer nada, así que es bueno también para mi venir de vez en cuando —la ayudo a colocar sus pies encima del sofá para limpiar la alfombra que está en el centro.

—¿Eres buena estudiante, Leah? Pareces serlo.

—Hago lo que puedo, no es la gran cosa —lo digo sin ponerle importancia.

—Jungkook me contó que eres la primera de tu clase, ¿es cierto? —me detengo para mirarla.

—¿Jung-Jungkook le habló de mi? —pregunto, sin creermelo del todo.

—Parece que le gustas, y a mi me gusta que le gustes, eres una chica preciosa, tanto por fuera como por dentro, además, mi Jungkook necesita a alguien como tu cerca cuando yo no esté —trago saliva —Jungkook a sufrido más que yo con esta enfermedad ¿sabes? Necesito que no se quede solo —me mira con ojos brillantes.

Jungkook no se quedará solo mientras yo viva. Eso no la permitiré.

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