14: Verdad

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A la mañana siguiente cuando Nobara se levantó, Jin ya estaba despierta

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A la mañana siguiente cuando Nobara se levantó, Jin ya estaba despierta.

Se encontraba levantada rebuscando algo de ropa en el armario. La castaña se acercó a ella dejando caer su cuerpo sobre su espalda y la rodeó con sus brazos.

—Buenos días.

—Buenos días—sonrió—Siento haberte despertado, iba a dar una vuelta ¿Quieres venir?

—Claro ¿Pero no deberías hablar con ellos primero?—susurró—Se que ayer estuviste evitando decirles nada. Sabes que merecen saber la verdad.

La de ojos verdes la miró algo apenada.

—Sí, tienes razón. Creo que me estaba escaqueando de nuevo...—rio.

—¿Crees?—Nobara arqueó una ceja.

—Lo haré después de desayunar y luego podemos ir a ver el pueblo. Echaba de menos venir.

La castaña sonrió ante sus palabras.

—¿Serás mi guía?—preguntó de forma coqueta.

—Sí, seré la mejor guía que tendrás jamás, y la más guapa también.

—Eso ya lo veremos.

Ante sus palabras Jin besó su mejilla mientras empezaba a cambiarse. La castaña la observó con una leve sonrisa. Se sentía muy afortunada de estar saliendo con alguien como Jin.

Cuando ambas terminaron de prepararse bajaron al comedor, donde la pareja se encontraba sirviendo el desayuno. Nobara fue rápidamente a ayudar.

—Buenos días—sonrió el hombre—¿Habéis dormido bien?—preguntó a medida que ambos se sentaban en la mesa.

—Muy bien—respondió Nobara—Por suerte Jin no ronca.

—Claro que no ronco—la pelinegra hizo un puchero.

La mujer rio mientras cada uno empezaba a servirse aquello que quería. Había fruta, tostadas, algunas hortalizas, leche y zumo.

—Sora, Haru. Tengo que hablaros sobre algo que ha sucedido.

Cuando estaban a punto de terminar la más alta soltó aquellas palabras con seriedad. La pareja la miró con preocupación, a medida que Nobara colocaba una mano en la espalda de la chica para darle su apoyo.

—He recordado mi pasado.

Ambos se miraron con sorpresa y un poco alarmados.

—Mis padres eran hechiceros y vivíamos en una aldea, pero un día una maldición los asesinó a todos menos a mí—les miró con tristeza—Y ahora esa maldición ha vuelto ¡Pero no os preocupéis! Estoy bien, no pienso dejar que me mate.

Fue una explicación algo torpe, pero la de ojos verdes no supo como explicarlo mejor.

—Jin...—Sora habló—Tenemos que contarte algo.

Cadenas | Nobara Kugisaki x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora