2. Agujero violeta

1.5K 216 87
                                    

Aquel día les había llegado una nueva misión

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Aquel día les había llegado una nueva misión. Se situaba en la ciudad, concretamente en un distrito donde habían reportado la desaparición de varias personas. Los jóvenes hechiceros supieron al llegar que sin duda aquello había sido obra de una maldición.

—Estad atentos. Esto huele muy mal—comentó Fushiguro con los sentidos totalmente alerta.

—Literalmente. Me pregunto si las maldiciones se duchan—rio Jin por lo bajo—¿Qué crees Itadori?

Nobara rodó los ojos.

—Dudo mucho, no parecen estar muy limpias—respondió el portador de Sukuna, el cual llevaba meses inactivo.

—Tú tampoco y no eres una maldición—susurró la castaña.

La pelinegra rio al mismo tiempo que Nobara desviaba la mirada.

—Yo sí me ducho—se quejó el pelirosa.

La situación estaba muy tranquila, demasiado. Ni siquiera había ningún transeúnte por la calle. Seguramente estarían todos en sus casas tras las recientes desapariciones.

De un momento a otro, una energía maldita se situó detrás de los jóvenes. Concretamente, debajo de Jin, la cual parecía demasiado distraída para percatarse, o eso fue lo que pensó la de ojos color chocolate.

—¡Jin!—gritó Nobara alertándola.

Cuando la castaña estaba a punto de atravesar a aquel ser con uno de sus clavos, unas cadenas lo rodearon asfixiándolo al instante.

—¿Eres idiota?—suspiró Kugisaki—Deja de distraerte todo el tiempo ¿No ves que es peligroso? Eres una irresponsable.

Jin rascó su mejilla un poco apurada.

—Fue tu culpa, es que me distraes—sonrió.

—Sí, claro, ahora será mi culpa.

La castaña murmuró una serie de quejas por su conducta a medida que la pelinegra reía de forma calmada.

—Lo siento, mamá. Sin embargo, has visto que lo tenía todo controlado.

La pelinegra le dedicó una sonrisa burlona a medida que Megumi frotaba su sien algo exasperado.

—Kugisaki tiene razón. Pueden haber otras maldiciones más peligrosas y no es bueno estar distraído.

—Pero Jin es fuerte—la apoyó Itadori.

El pelirosa y la de ojos verdes se habían hecho bastante amigos. Compartían bromas y amaban las películas, así que no era extraño que se llevaran tan bien.

—Y yo también—la castaña chasqueó la lengua—Ser fuerte no significa ser una idiota, pero parece que Jin es la excepción.

Nobara le sonrió con diversión. A la pelinegra no le importó su burla, lo contrario, que Nobara se burlara de ella lo consideraba todo un privilegio.

Cadenas | Nobara Kugisaki x OcWhere stories live. Discover now