Las Lunas Superiores Apestan || KNY ||

🌙 Inicio De Una Guerra (1/??) 🌙

"¡Giyuu! ¡Giyuu!"

Podía escuchar una voz llamándole, no sabía si era una voz femenina o masculina pero sentía la necesidad de ir en dirección a donde esta provenía, pero la duda era ¿De donde venía? No sabia a que dirección ir, todo era oscuro como si no hubiera absolutamente nada a su alrededor.

Pero lentamente una figura brillante se hizo presente, un chico de su misma altura de cabello salmón, Sabito.

Inmediatamente, abrió sus ojos con exaltación, topandose con la suavidad de las sábanas sobre el futón, observó a su alrededor, no parecía haber nadie cerca. Se sentó comenzando a acariciar su rostro para despertarse, comenzando a lograrlo y a su vez a sentir su cuerpo, siendo el dolor regresando como si solo se hubiera ido mientras dormía.

¿Y porqué dormía? No recuerda acostarse a descansar.

Escuchó voces a lo lejos, parecía más de una sola persona discutiendo quien sabe porqué, se puso de pie de forma cuidadosa y salio de esa pequeña habitación llena de telaraña e hilos por doquier, a su vez. Pequeñas arañitas haciendo sus nidos. No era realmente fan de los insectos.

Un par de pasos y ojos mirando a las paredes, no parece haber decoración por lo que quien sea que viviera ahí, esa no era su casa. Se asomó un poco por la pared, topandose con tres figuras altas y una más baja.
Fue entonces que todos los recuerdos regresaron a su mente.

No estaba en la finca mariposa.

─── ¿Siquiera sabes si podría intoxicarse con eso? Lo vas a matar. ─── Menciona el de cabello rosado, observando algo. Estaba dándole la espalda por lo que no podía ver con exactitud de que hablaba.

─── ¡Soy un excelente cocinero! ─── Otro chico más alto que el anterior fue el siguiente en hablar, codeando al más bajo mientras seguía preparando quien sabe que.

A su vez, el más bajo de todos solo estaba supervisando lo que hacían hasta que se giró encontrándose con él. Una cálida y gran sonrisa apareció en su rostro poco antes de dirigirse a su dirección y abrazarle, era tan bajo que apenas le llegaba a su pecho.

─── Ya despertaste, a Douma le toca cocinar el desayuno. ─── Menciona mientras le jala del brazo y le lleva a la mesa a arrodillarse y esperar.

Recapitulando en su mente, había huido junto a demonios la noche anterior, mientras Shinobu se encontraba extremadamente furiosa y salvaje. Ah, claro. Como pudo haberlo olvidado, debía de estar muy cansado como para recordar aquello. Solo llegó, subió y se acostó en lo primero que vio.

Una mirada fría y sin ánimos de amistad le estaba pesando, sabía que alguien le estaba viendo con intenciones poco amigables y podía deducir perfectamente de quien se trataba. Un demonio superior al resto se sentó justo enfrente suyo, listo para incomodarlo con su mirada hasta que se muriera o quien sabe que.

Solo podía agachar la cabeza y evitar hacer contacto visual, sus habilidades sociales no eran las mejores. No cuando se la pasaba haciendo misiones solo porque el resto de sus compañeros preferían morir o volverse demonios con tal de no pasar tiempo con él.

Dolía si colocaba esa fachada de no importarle nada a un lado.

De repente, una mano se colocó sobre su cabeza, cerrando inmediatamente los ojos a espera de que le arranque la cabeza de una vez. Más solo sintió el peso de la misma ahí sin moverse. Alzó la vista topandose con esos seis ojos viéndole fijamente, como si intentaran sacarle alguna información.

─── Enano. ─── Murmuró sin mucho esfuerzo, en ese momento se sintió ofendido. Pero sabía que no era el más pequeño de los cinco.

Un plato se colocó enfrente suyo, y casi siente náuseas de solo verlo y olfatear el aroma.