🌙 Todo es tu culpa 🌙

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Días, días y noches esperando. No, deseando que entre esos árboles esa alta figura de cabellera larga y oscura viniera en su rescate. Que le sacara de esa tortura diaria cuando era expuesto por largos períodos al sol así como a sueros de glicina. Pero no, en esos días ni siquiera escucho alguna noticia sobre las superiores o alguien cerca. Tomioka había estado haciéndole compañía de forma silenciosa, le traía pequeños objetos como lo eran flores, broches para el cabello y pequeños animales. Recuerda que en uno de esos días le trajo un gato blanco al cual se no se pudo acercar mucho sin que empezara a gruñirle y a erizarse amenazando con herirle.

Suspiró suave y observó una pequeña hormiga caminar llevándose un arroz, probablemente esa hormiga estaba siendo esperada por alguien, quizás por sus padres o por su pareja. O sus hijos hormiguitas, a lo mejor le esperaba una cena maravillosa y un momento en familia. ¿Cuando seria la próxima vez pudiera sentir algo similar? Estar rodeado de personas que le quisieran y que les importara.

Claramente, nunca. Ni siquiera esa familia falsa que su amo le permitió hacer, ni siquiera su "hermana" llegaba a serle tan leal como lo sería una hermana real. Su "madre" nunca seria igual de cariñosa y preocupada por el cómo lo sería una madre real, su "padre y hermano" nunca serian lo suficiente como para hacerlo sentir seguro.

Ninguno de ellos es suficiente para sentirse en casa, solo percibe miedo de ellos. Ni una sola muestra de amor, es por esa razón que no le importa deshacerse del alguno si no cumplen su rol. Escuchó pasos e inmediatamente se preparó para el dolor diario al que era expuesto.

Más sin embargo ninguna ruda mano tocó ni un solo cabello suyo, en cambio. Una voz molesta se hizo presente.

─── ¡Buen día! ─── Alzó la vista para toparse con dicha mujer de cabellera morada. Solo era una molestia para el demonio. ─── Iguro-san no podrá venir, esta ocupado con una misión así que en su lugar decidí venir yo.

Rodó los ojos inmediatamente mientras abrazaba sus piernas, no le interesa saber si está o no ocupado, por su parte. Le desea la muerte.

Con la ligereza de una mariposa se posó a un lado suyo, no puede esperar para saber que clase de veneno sumamente doloroso pero no letal va a inyectarle. Uno que le haga desear misericordia. Que emoción..

─── Hace un muy lindo clima el día de hoy ¿No crees? Te ves palido, deberías tomar un poco de sol.. ¡Oh! Que descuidada soy, ya has tomado demasiado. ─── Un pequeño tic se presentó en su ojo, va a matarla si no se calla. ─── Quiero saber ¿Quien era ese hombre? El que evitó tu muerte días atrás.

Mantuvo el silencio, ¿Porqué habría de estar interesada en Kokushibo? Es una desgraciada, que no se meta en donde no le llaman.

─── Mhm.. No pareces tener muchas ganas de hablar hoy ¡Quizás a Tomioka-san si quieras decirle algo! Después de todo son muy cercanos ¿No? ─── Sonrió con total inocencia, era una víbora disfrazada de mariposa.

Siguió en silencio, no sabe que problema tiene con el Pilar pero no, tampoco le diría algo a él. Por más que quisiera.

─── ¿Tampoco? Bueno, que tal si me hablas del otro demonio. El de los abanicos.

Un pequeño "Douma" se escapó de sus labios, abriendo sus ojos de par en par cuando se enteró de ello. Miró levemente a la Pilar, no tenia esa extraña sonrisa de siempre. Ahí supo que algo andaba mal.

─── ... Alguien mas vendrá a tomar el lugar de Iguro-san.. Douma.. ─── Repitió en voz alta segundos después, se puso de pie y caminó hasta desaparecer. ¿Metió la pata acaso?

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Buscaron por varias zonas rastro de la quinta inferior, no lograron dar con su paradero y a esas alturas el que mas se la pasaba fuera buscando era Kokushibo. Y aunque su expresión no demostrase sentimiento alguno, la pesadez del ambiente denotaban que no estaba del todo bien.

Akaza aunque no lo admitiera extrañaba la presencia del menor, si. Extrañaba ese silencio mortal que podía cargar el albino.

Y claro que Douma no era la excepción, quería volver a poner incómodo con su presencia a la araña.

El sonido de pasos sobre la tierra alertó a Kokushibo, deteniéndose y observando entre árboles de quien se trataba antes de matarlo y devorarlo. Observó atentamente hasta que entró en su campo de visión una cabellera azul.

Ese chico, ese maldito chico del que Rui se había interesado sin razón aparente. Podría seguirlo y esperar a tener alguna pista del paradero del niño.

Sigilosamente inició su busqueda cuidándose del sol, se mantuvo alerta de no llamar su atención en ningún momento. Lo cual logró con éxito. Pero se vio acomplejado cuando árboles de glicina hicieron acto de presencia. Deteniéndose inmediatamente por el inmundo olor que estas soltaban.

Iba a darse la vuelta cuando escuchó gritos desgarradores del otro lado de dichas flores, observó como el Pilar se apuraba en llegar lo más pronto posible. Entonces todo fue más claro, su mocoso se encontraba al otro lado sufriendo y gritando por razones que desconocía.

Pero estaba claro que algo debía de hacer para sacar a ese niño de ahí, debía esperar al anochecer. Aunque con cada grito su paciencia se estaba colmando.

Sea quien sea que le esté poniendo un dedo encima, deseará no haberlo hecho jamás en su miserable y despreciable vida. Regresó a la pequeña casa e inmediatamente informó sobre el paradero de Rui. Sabía cómo llegar así que definitivamente regresará con ambas Lunas en su rescate. Y al culpable lo hará pagar.

Akaza estaba más que dispuesto a matar a quien fuera si debía hacerlo para rescatarlo, y Douma no dudaría ni un segundo en ir con o sin un plan de por medio.

Rui regresaría y el Amo Kibutsuji no no los mataria, todos salen ganando.

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Cortito, pero bonito para terminar con la tortura de mi niño. Alguna pregunta amablemente la responderé.

¡Pregunten lo que sea! Besos en el siempre sucio.

Las Lunas Superiores Apestan || KNY ||Where stories live. Discover now