.❀━ ❝ [𝓤𝓷𝓭é𝓬𝓲𝓶𝓪 𝓟𝓪𝓻𝓽𝓮] ❞━❀.

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Tengo miedo a que el carromato explote como el auto en el que venía con mis padres y mis hermanos, sé que eso es casi estúpido a que vuelva a ocurrir, sin embargo la sensación de estar en peligro me acechan constantemente.

Por lo que he escuchado de las chicas, la niña se llama Alelí y la chica rubia se llama Cielo, por el momento, pues dice que no se acuerda de su pasado ni mucho menos de su nombre verdadero.

No me quiero ni imaginar lo desorientada que ha de haberse sentido al no saber nada.

Cuando llevábamos como una hora de viaje, nos detenemos casi en frente de una mansión gigantesca pero con cierto aire misterioso. Me causa escalofríos.

Me bajé del carromato y las sigo a las dos.

—¡Mira bailarina esa es mi casa!— dice extasiada la niña.

Me resulta bastante raro que la niña robe viviendo en ese lugar. Cuando la rubia iba a hablar, se escuchó como si algo explotó, empezó a salir humo del capó del garancho y tuvo que abrir la tapa. Me volteo a ayudar a la rubia, aque sea tratar de darle indicaciones o algo, pues me resulta difícil entablar la conversación con ellas dado a que estoy ¿invisible?

—Alelila ¿no podés...?— desvío mi vista del carromato y la dirijo hacia la rubia, que estaba buscando a la niña.

¿Cuando desapareció? ¿Donde se fue?

Y lo siguiente que veo es la respuesta a mi pregunta. La niña está afanando la billetera de un señor.

¡Ah, pero esta enana no tiene ni un pelo de lenta, Eh! —  ironizo.

—¡Ah, pero esta enana no tiene ni un pelo de lenta, Eh!— me volteó rápidamente hacia la rubia que, por lo que escuché, repitió lo que dije.
Iba a reclamarle, pero fui interrumpida por la llegada de la niña.

—¡Me parece muy bien que encontraras la billetera y que ahora mismo me lo vas a devolver!— habló Cielo. La niña la miró haciendo puchero en los labios...¿En serio está dulzura roba?—  Dale, dámela, anda...— dijo y Alelí se vio obligada a dársela.— ahora vamos a devolvérsela—

A tan solo un momento podía jurar que se detuvo el tiempo en su mirada, olvidándose por completo de que estaba siendo acusada de robar la billetera del señor. Su mirada estaba clavada en los ojos de aquel hombre de ojos azules, de sombrero marrón y vestido al estilo de Indiana Jones.

Cuando bajo mi mirada hacia la niña, está ya no está. Me veo obligada a pellizcar a la rubia, sacándola del sueño en que estaba. Rápidamente se echó a correr al ver que el señor junto a un niño la perseguían.

Me causa gracia ver qué ahora corre por esconderse siendo que a tan solo un segundo estaba volando en su mente y ni movía ningún músculo.

No me queda de otra que seguirla, pero algo raro ocurre en ese momento, tanta es la fuerza que emplee en mis piernas que al correr siento que lo hago a una velocidad increíble.

El viento fuerte chocando por mi cara y enredando mi cabello me hace bastante difícil ver dónde la rubia se fue, juro que tengo miedo a perderme en un lugar desconocido con gente, obviamente desconocida para mí.

Cuando siento lo peor, cuando siento que ya la perdí, la veo escondida en frente de una camioneta, tipo minivan. La veo confundida y me obligo a acercarme a ella.

Ésta guiaba su vista sucesivamente, desde la entrada de la mansión bajando a su muñeca.

Ahí caigo en cuenta. Ambas partes tienen las mismas imágenes, un par de alas blancas. Lo que supongo que debe solo ser una coincidencia, no quiero pensar locuras, pero tampoco me resultaría imposible de creer; pues he aquí, yo también soy una prueba de que las locuras también son reales.

¡Chorra!— escucho a lo lejos gritar el hombre. Ahí es cuando las dos nos echamos a correr.

Las cosas que pasé al lado de la rubia me resulta, ciertamente una locura, una bonita locura. Verla con ese vestido lila hermoso, bailando con aquel hombre de sus sueños digamos, me emociona. Más al verla bailar sola, encima del piano, y de lleno estando a punto de besarse con él, lo es todo.

Pero luego todo se vuelve confuso, salió disparada de la fiesta, la tuve que seguir en todo lados y me era muy agotador, bueno...no a todos lados ¡Ni loca me meto en un basurero y para luego salir gritando sorpresa, No!

Ya luego no supe más nada de ella, me quedé viendo al señor que la estaba buscando, algo en él me dice que lo volveré a ver y de seguido.

Lo que hasta ahora sé, es que la niña vive en esa mansión, la mansión tiene las alitas blancas, las misma que tiene Cielo como pulsera, más confuso no puede ser.

—¿Que divertido no?— saltó del susto, me volteó rápidamente para encontrarme con Tictac...no se que me dirá, pero espero y no me reclame por haberlo dejado solo.

—Hola— trató de saludarlo lo más normal posible— ¿Donde estuviste?

— Yo estoy bien, gracias. Ah y estuve paseando me nada más— respondió con una sonrisa

—¿Tu viste todo?— al instante supe la respuesta. Obvio que lo sabrá, si él me dice siempre “yo se todo”

—Yo se todo— ahí está— por cierto, ¿Donde está Cielo?— me pregunta con una ceja levantada intimidandome.

—E-ella está...en— no se qué decir, la perdí de vista y ahora..— no sé. ¿Acaso soy su niñera? Es bastante grande para cuidarse— me excuso. El me mira acusatoria mente, poniéndome más nerviosa— no me digas que yo tengo la culpa ¡Eh!

— Yo no dije nada. Solo te estoy mirando.— contestó— vamos a dar una vuelta por el lugar— anuncia y sin esperan mi respuesta se va. No me queda más remedio que seguirlo.

  Luego de un rato me detengo al saber dónde estamos, volvimos a la mansión gigante de hace un rato, pero con una  diferencia: ya no hay más gente.

—¿A qué vinimos?— le preguntó. Este me mira fijamente hasta que se le dibuja una sonrisa burlona— ¿Que planeas?— le preguntó, mientras doy un paso hacia atrás, poniéndome de frente a él.

— ¿Sabes aguantar la respiración?— me preguntó desde su lugar.

— Bueno, en la piscina sí, también en los arroyos pero que son más tranquilos. Recuerdo que una vez me arroje en uno y casi me ahogo, por qué era..— no se en que momento caí, solo sé que fue culpa del petizo ese.

Sentí como en mis fosas nasales entraban en agua, dificultando mi respiración, intento sostener algo para salir, pero no logro encontrar algún objeto. El agua es fría, no tiene circulación a como los arroyos, por lo que supongo que hade ser de un estanque. Cuando pensé que no saldría jamás, sentí unas manos agarrandome de los brazos y levantándome.

Al fin pude inhalar, pero ¿para que? Si vuelvo a perder el aire al ver al hermoso...chico con un lunar en la mejilla derecha, con su pelo largo, medio flogger.

Esos cachetes regordetes, esa mirada profunda, más hermosos. No puedo articular palabra alguna, solo puedo sonreír  como boba, más aún cuando me  sonríe.

¡La sonrisa más perfecta!

— Y vos ¿Quién sos?

Continuará... ೄ ྀ ࿐ ˊˎ-

❝ [I THOUGHT YOU FOUND ME _Mar] ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora