En aquella gigantesca sala totalmente obscurecida con solo la iluminación del brillo del televisor, se hallaba embelesado un infante de cabellos anaranjados rizados, parecía tan diminuto sentado en aquél sofá de cuero pero a la vez viéndose adorable como observaba el documental sobre animales que acostumbraba ver antes de dormir.
—Sonnenblume. ¿no piensas dormir ya?— una voz serena se acercó al menor, quien giro un poco su cabeza pero sin llegar a cruzar miradas con la mujer.
—¡Pero tía!. ¡Ya casi va a empezar mi programa favorito!— La tía del pequeño había llegado de visita a comienzos de la semana, siendo viernes cuando encontró al pequeño pasándose la hora de dormir. Acompañó curiosa de saber que pasaría después de ver a aquellos roedores hacer una madriguera.
—¿Cual es tu programa favorito, Sonnenblume?— miró nuevamente el programa, pensando que no darían algo mejor que eso —Pensé que te gustaban los conejos—
—¡Me gustan pero-— acortó sus palabras para así mirar la hora en su reloj de mano que no se disponía a quitarse por nada en el mundo —¡Ya comenzó!— Aquel chillido agudo dejó un poco aturdida a la fémina, para luego ver como éste rebuscó con desespero el control remoto, cambiando rápidamente el canal infantil para uno donde comenzó un desfile de moda.
Esta escena sorprendió a la mayor, pensando que éste lo veía por interés de ver a las chicas pero comprendió que era demasiado joven para siguiera pensar pensar en esas “afinidades”.
—¿No te parece lindo el vestido de la modelo 16, tía?— la mujer aún atontada vio como su sobrino le regalaba una alegre sonrisa, la sonrisa más brillante que podía darle un menor con aquellos bellos dientes de leche.
El pelirrojo no estaba interesado en ver a los animales en aquel canal infantil, solo que hizo un truco para no perderse su verdadera razón de sus desvelos. Casualmente cuando aquel documental acababa iniciaba en otro lugar distintos desfiles de moda, mostrando el último grito de la moda que podría ofrecer las marcas más costosas de líneas de ropa reconocidas.
Aquel hallazgo dejó sumamente intrigada a la mayor, queriendo saber de donde saco su sobrino por goce de ese tipo de cosas, sabía que su nuera era modelo y tal vez quería verla en uno de esos desfiles pero; la manera con la que hablaba de los distintos atuendos y trajes glamurosos que portaban las chicas hacían que aquel pequeño se llenase de jubiló.
Realmente un hallazgo fascinante de aquel niño de tan sólo 6 años.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿realmente tengo que levantarme ta~an temprano?— se quejó a viva voz el menor, quien aún yacía en pijamas mientras tomaba su desayuno.
—Su madre dejo encargado que lo llevará al sed antes de empezar con la sección de fotografías— explicó una de las empleadas encargadas de cuidar al joven Kitsune, quien parecía enternecida como aun el niño no había abierto los ojos pero aun así sabia donde estaba cada cosa en su plato.
