Todos quieren una parte

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Caminamos unos metros para llegar a dónde se encontraba el segundo grupo de los cuatro tipos que faltaban. Al igual que los primeros las rodearon y comenzaron a jugar con ella. Uno de ellos -el más raro quiza- se montó sobre su espalda y mire como ponía su pene en medio del sostén y la espalda de Lucy, después comenzó asemejar que estaba montando un caballo, al parecer mientras brincaba su pene atorado en el sostén de mi vaca le producía una especie de placer.

Otro solo se conformó para componer su cara en el trasero de Lucy y comenzar a lamer las heridas que le había provocado mi fuete. El séptimo tomo la la mano de mi vaquita, escupió sobre ella y comenzó a masturbarse con su mano -o pezuña pues las vacas tienen pezuñas-. Por último, el octavo y precoz del grupo -un joven de 19 años- solo con ver lo que todos le hacían a Lucy no resistió el masturbarse y cuando tuvo la cara de ella frente a él no dudo en eyacular sobre su frente, nariz, ojos y mejillas, de la pura emoción.

Cuando llegamos a la puerta de las cabinas les di la orden a todos ellos que entrarán primero, que se fueran preparando, mientras entraban aproveche para ajustarle la cinta de los ojos y acariciar un poco su trasero, que ya se sentía caliente por los golpes y nalgadas que había recibido.

Nos dirigimos a la cabina más grande que había, en cuanto cruzamos la puerta Lucy fue recibida por estos ocho tipos con besos, lamidas, apretones, cachetadas, nalgadas y escupitajos.Todos podían hacerle casi todo lo que quisieran, la única regla era que yo sería el único que podía penetrarla.

En ese momento Lucy se sentó en el centro del cuarto y alrededor de ella estaban estos ocho tipos con sus miembros de fuera masturbándose y tocándola a ella. Me acerqué y para dar comienzo a esta fiesta, saqué mi pene, tomé a Lucy por el cabello, le abrí la boca que comenzó a chuparmela. Pedí a alguien que me acercara una silla, me senté y Lucy seguia chupandome, era una escena tan tierna pues mientras lo hacía me miraba a los ojos.

No quise acaparar toda la atención para mí asi que voltie a Lucy, hice que su trasero quedara de frente hacia mí y en voz alta dije:

Miguel - Sirvanse señores


Como animales hambrientos se acercaron hacia ella peleando entre ellos para poder ser el primero que introdujera su pene en su boca de esa vaca tetona. De un momento a otro la cara de Lucy estaba rodeada por cinco miembros con los cuales ella luchaba por darle placer a cada uno de ellos al mismo tiempo.

Los otros tres aprovechaban para manosearla por todos lados. Pedí a dos de ellos ayuda para abrir las nalgas de Lucy y jugar un poco con el plug que tenía en el ano, era tan hermoso ver cómo cada vez que sacaba el plug de su lugar, el ano de mi vaca se contraía y cuando lo introducía se expandía, quise facilitar la lubricación de este abriéndole aún más el culo a Lucy y escupirle directo en el ano, quería que el plug entrara sin dificultad. Al dejar caer este pedazo de saliva dentro de ella este cayó como una moneda en un pozo

Justo después de escupir en su ano fue cuando levanté la cara y pude ver a Lucy como toda una guerrera pelear contra cuatro penes al mismo tiempo, tenía dos en la boca, había abierto tanto la boca que creí que su mandíbula se safaria pues toda la saliva que debía de tragar escurría de ella, los otros dos los tenía en las manos masturbandolos sin perder ritmo. Dos de los ocho tipos sólo estaban parados tocándose viendo cómo abusaban de ella de la boca de mi hermoso animal. Otro estaba tirado debajo de Lucy jugando con la punta de su pene y el pezón de ella, el último al que ya llamé como precoz no pudo aguantar y se corrió en su espalda.

Lucy Mi Vaquita (2 parte)Where stories live. Discover now