Lo siento, Izuku.

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La idea de que en dos meses dejaría de convivir con los extras (mu muy en el fondo amigos) todos los días le daba vuelta en la cabeza. No más bromas de parte del pikachu, no más cosas sobre como la masculinidad es importante o algo así, cosas que kirishima siempre les decía, ya no se sentiría incómodo cuando Mina y Sero coquetean delante suyo y sobre todo ya no más desayunos con Izuku, no más viernes de películas (algo que recientemente había agregado a su rutina y se había vuelto su cosa favorita.) No más entrenamientos con All Might observándolos.

El techo de su habitación era blanco pero justo ahora podría jurar que en él veía todas las tonalidades que el verde poseía. Izuku... No salía de su mente, su corazón se negaba a aceptar que solo podían ser amigos y posibles compañeros de agencia. Gruño y tapo sus ojos con su antebrazo, cuanto daría por poder expresar en palabras todo ese revoltijo de sentimientos que tenía dentro.

Dio vueltas en su cama toda la noche y soñó con bastos campos de pasto tan verde y brillante que podrían haber competido con la luz del sol.

. . . .

Hoy estaba más que inspirado a hacer el mejor desayuno de todos los que le ha dado a Izuku desde hace un mes. No podía creer todo lo que un simple cambio en sus acciones había logrado, Izuku y él eran más unidos que nunca. Pasaban todos los recesos juntos y desde hace dos semanas ya no se escondían en la azotea, ahora comían tranquilamente en una de las mesas de la cafetería, y si, había demasiados extras viéndolos pero a la mierda, que le interesaba a él lo que los demás pudieran decir, es más, estaba feliz pues desde que dejaron ver en público el cambio en su relación el idiota del mitad y mitad ya no se le acercaba a su Izuku y ya no le decía aquel cursi apodo.

Realmente comenzaba a valorar sus momentos a lado del nerd. Sus tardes ahora eran llenadas por ese brillo que solo el pecoso tenía, de sus risas, de sus sonrisas más puras, de esos murmullos sin fin analizando las cosas, de regaños por parte suya por seguir haciendo que su cuerpo llegue al límite.

El puerco se estaba friendo y mientras preparaba la salsa que necesitaba para hacer el katsudon, uno ligeramente dulce que sabía era su favorito y en cambio el suyo llevaba bastante picante.

Estaba tan concentrado salteando unas verduras mientras esperaba que el puerco se enfriará un poco para cortarlo en tiras medianas que no se dio cuenta que alguien más había entrado a la cocina.

— Bakugo ¿Qué pretendes con Midoriya? — La voz del idiota de Todoroki lo tomo por sorpresa casi tirando algunos de los vegetales que estaba acomodando perfectamente en el bento para Izuku

— A ti qué mierda te importa lo que yo quiera con el nerd

Sus ojos rojos chocaron con los de Todoroki. Apago el sartén y dejo de lado la comida. Como le molestaba que Todoroki aun casi tres años después de empezar la UA no se le quitara ese habito suyo por meterse en los asuntos de los demás.

— Me importa porque me gusta y no dejare que crea que por un par de comidas cambiaste, solo le haces daño Bakugo

Tuvo que aguantarse las ganas de pegarle ¿Un par de comidas? ¿Sabía de sus desayunos? Como sea, él no conocía su historia con Izuku, dudaba que el nerd le hubiera dicho a sus amigos todo su pasado y todo lo que han pasado para que ese idiota estuviera tan seguro de sus palabras.

— A mi que mierda me importa si te gusta, eso se lo debes decir al nerd no a mi. Lárgate antes de que te explote la cara

Se giro dispuesto a terminar de acomodar toda la comida en ambos bentos cuando lo que le dijo Todoroki casi lo hace reventar todo.

Digno de tu amor | BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora