Filoaster | JJK [+21][✔] ©

|Cap ₂₈|Por ti.

Abrazo sus mejillas y beso sus labios con ternura. Una extraña ternura que jamás había elegido sentir por cuenta propia. Siempre me había limitado a esto, a hacer algo contra la frialdad que siempre he tenido con Min Ho.

No es como si lo hubiera elegido así. Muy dentro de mí, siempre había deseado ser una persona más de piel con mi novio, porque de alguna u otra forma siempre quise remediar todo el cariño que él me daba. Sin embargo, nunca pude.

Es diferente. ¿Acaso lo es? ¿Es distinto? El hecho de que Jungkook me haga sentir cosas ininteligibles, marca la diferencia. Lo hace completamente. Porque curiosamente, su ternura no me desagrada.

Al menos no del todo.

Ni tanto.

¿A quién quiero engañar? Él no me desagrada para nada.

Y es que, ¿cuándo comenzó todo esto? ¿Cuándo comencé a sentir rechazo por el afecto masculino?

Recuerdo que, desde la muerte de mi padre, nunca más volví a ser la misma, y no es como si fuera un oscuro pasado, pero sí uno sensible. Nunca más correspondí cariño de algún hombre, pues no quería que ningún otro lo reemplazara. A pesar de que el amor paterno y romántico son completamente distintos.

Nunca me permití disfrutar verdaderamente del afecto masculino, y es por eso que aparte de Min Ho, no tuve más interacciones amorosas con alguien más.

Hasta ahora.

Me separo del chico quien se tomó el tiempo de regalarme tantas camisetas, y le veo el rostro. Jungkook aún mantiene sus ojos cerrados y su boca abierta, con los labios estirados.

—Gracias —asiento con la cabeza.

—¿Debería darte camisetas más seguido? —relame sus labios.

—No vuelvas a hacerlo o tendré que pisarte el pie.

Río, guardando todo en la caja.

Los dos quedamos en silencio nuevamente. Él apoya sus manos en el volante y yo atisbo éstas, me relamo los labios cuando deleito las venas bajo su piel. Su tes es tan pálida. Sus venas se marcan con tanta facilidad.

—¿Qué harás ahora? —pregunto.

—Debo ducharme —me mira—, y quizá ver algunas cosas sobre la exposición de arte, ya sabes, la que se hará en unos meses.

—Yo estoy sola en casa —aclaro la voz y acaricio el lóbulo de mi oreja—. Mi mamá llegará en unas dos horas.

—¿Está trabajando?

—Sí —desvío la mirada, me cuesta decir esto—. ¿Tú quieres... quieres mhm... quieres pasar?

Él sólo me mira, no dice nada. Poco a poco va apareciendo una pequeña sonrisa en su rostro.

—No tenemos que follar —explico, intentando no tartamudear—. Digo, si quieres sí, pero no, quiero decir que, podríamos hacer algo más que-

—¿Tienes leche de plátano?

Él me interrumpe, y ahora yo me le quedo viendo. Examino sus cejas un poco fruncidas, sus labios curvados y su cabello revoltoso. Se me es inevitable no sonreír. ¿Acaso en algún momento dejaría de sonreír?

—Sí, Jungkook, creo que sí.

Asiento con la cabeza lentamente.

•••

Sirvo leche de plátano fría en dos vasos, y en un plato hondo echo galletas de chocolate y otras de vainilla.

—Ten —le paso los dos vasos y yo agarro el plato.