INFINITE PROMISE

Principito

Desde que tiene memoria es Niall quien siempre esta a su lado, quien lo ama, quien lo cuida, quien lo hace reír, desde el inicio hubo algo entre ellos, pese a todas la cosas locas que podía inventar, pero su relación se basaba en la confianza, más que nada, confiaban el uno en el otro, hasta la muerte, por siempre y para siempre, incluso se lo había prometido bajo el árbol de manzanas en su patio, es por eso que no puede evitar sollozar mirando ese blanquecino papel manchado de lagrimas en sus manos, se siente tan idiota y tan enojado.

"...Horan- Mendes" "...Boda..."

Recuerda gritarle, decirle muchas cosas, prácticamente destruirlo con palabras, lo echo, lo echo de su casa, de su vida, de su corazón, de todo, no lloro, es fuerte, es orgulloso y es un Styles, pero ahora lo hace, lo hace solo en su habitación, ignorando los llamados de su hermana, los lamentos de su madre y los refunfuños de su padre, todos lo saben.

Cuatro días después de lo que su madre llamo "La catástrofe de Harry" todos los señalan y murmuran, nadie lo ha visto llorar, se esfuerza para mantenerse entero, aunque esta preocupando a su familia con todo eso, como si actuar como alguien invulnerable le hiciera bien, en el salón de té de las grandes damas, la comidilla del momento es la boda de Niall Horan y el duque Mendes, sumando que ahora queda libre en el mercado marital, la gran joya del pueblo, pues, para nadie es un secreto que, Lord Styles, padre de Harry, tiene un omega hermoso, exquisito y educado en casa, todos hablan de la perfección del joven, de lo dulce y delicado que puede llegar a ser, y se preguntan ¿Quién tendrá la suerte de desposar a tal rareza tan divina? ¿Qué tan fascinante puede ser ese omega por el que el joven Horan decidió cambiar a Harry?

Nadie lo sabe, pero mientras las señoronas hacen leña del árbol caído, alguien más planea tomar la joya más perfecta del cofre

Estoy cansado Louis William Arturd Haledgan Jaime Persivus Alecto Tomlinson – sentencia con severidad Marck – tu negación a tomar un omega me ha colmado la paciencia por completo, no tolerare este comportamiento tuyo de ninguna manera, hasta ahora he sido paciente y cumplido tus caprichos, pero se acabo.

¡No pienso contraer nupcias con un omega para agradar a reglas absurdas! – rebatió el joven príncipe alterado.

Son tus obligaciones con tu pueblo – recalca el rey muy molesto – obedecerás, quieras o no, ya has rechazado o espantado cada prospecto que se te ha presentado desde hace años, ¡Años!, he sido benévolo y complaciente, pero todo tiene un limite y lo que hiciste con ese chico ha llagado a los míos.

Se sostienen la mirada retándose mutuamente, pero no hay nada que pueda hacer, la sala entera observa en silencio, esperando por algo, con la tensión irradiando de todas partes, una vena parece querer salir del cuello del príncipe exhibiendo su molestia ante los actos de su rey y padre, los concejales lo apoyan, sus hermanas lo apoyan, absolutamente todos ellos están de acuerdo en esta canallada, condenarle a vivir una vida hostigosa y llena de reglas, no necesita un omega a su lado y amaría demostrarles eso, pero esta atado de manos en ese asunto.

Mañana mismo conocerás a tu prometido – decreta haciéndole retroceder, es demasiado pronto, es imposible que exista un omega que acepte, no, no le gusta esa idea, le repugna, en este caso ni siquiera tiene la posibilidad de escoger uno lindo.

No puedes hacerme esto – dice alzando la mira – como mi padre, no puedes hacerlo, ni siquiera estoy teniendo derecho a escogerlo yo.

Como tu padre me avergüenza hacerle esto a mi propio hijo, pero como tu rey, estoy cumpliendo mi deber con mi pueblo, Louis – su mirada esta llena de una emoción que ni siquiera puede reconocer, su ira crece, aprieta los dientes y maldice una mil veces ser quien es.

Como ordene su majestad – suelta frívolo, precede a hacer una reverencia exagerada, antes de girar sobre sus talones y salir de la sala del trono ignorando los llamados de su padre.