-Rosa, ya te dije que me digas Astrid cuando estamos solas.- le recordó con una sonrisa.

-La costumbre.- se excusó la mujer alzando sus hombros- Pero, en serio, Astrid, ya te pasé el almuerzo. Ahora debes cenar.- le indicó.

-Deja mi comida en el escritorio de mi padre, ahora voy para allá.- pidió cerrando el cajón de su piano.

-¿Qué harás allá?- preguntó Rosa extrañada.

Astrid a veces olvidaba lo preocupada e intensa que se podía poner ella. Sólo tenía un día que empezó maravilloso, pero se fue convirtiendo en uno tormentoso.

-Revisar las estadísticas de la empresa familiar, más ponerme al día en las cuentas; me mantendrá ocupada y así dejaré de pensar en...- se detuvo abruptamente al darse cuenta de lo que iba a decir.

-¿En el príncipe Hiccup?- Rosa completó la frase con picardía y alzando una ceja.

-Espera, ¿qué?- la joven se mostró impresionada ante su acertada respuesta- ¿Cómo lo sabes?- interrogó.

-Oh, vamos, linda. No eres tan discreta, eres muy obvia respecto a que te gusta, es lo que más te cuesta disimular.- contestó la mujer.

Hofferson se sonrojó avergonzada y bajó su rostro para tratar de ocultarlo detrás de su flequillo.

-Rayos.- murmuró.

-No te preocupes, tu "secreto" está a salvo en esta mansión, nadie habla del asunto.- la tranquilizó Rosa, aunque la verdadera razón era porque los Hofferson prohibieron que se divulgue el amor platónico de su menor hija- Pero déjame darte un consejo, querida. Que el príncipe siga siendo eso, sólo un amor platónico. Tiene muchas contras para ser su novia, formarás parte de la familia real y eso no es algo ideal cuando sabes cómo realmente es. Otra contra que es a considerar son sus edades, él tiene 29 años y tú 16.- le señaló.

Astrid volvió a sonrojarse debido a ese último detalle, ahora que lo veía bien, sí sonaba algo descabellado su amor hacia el heredero de la corona. Pero lo que sería aún más descabellado es un romance entre ellos.

-Lo tendré en cuenta.- dijo en un balbuceo.

Recibió un asentimiento por parte de Rosa y después cerró la puerta, dejándola sola nuevamente.

^ ^ ^

Jack dejó a su novia en su casa, la chico entró a su residencia, después de despedirse con un casto beso de él. Se dirigió al cuarto de su hermana, pero se desconcertó al no verla ahí.

Entonces, supo dónde podía estar.

Caminó con paso apresurado hacia la oficina de su padre, conocía perfectamente a su hermana como para saber que estaba allí para concentrarse en los números y alejarse de la realidad. A Astrid le gustaba tanto el inspeccionar las estadísticas de la empresa familiar que la alejaba de todo tormento.

-Lo sabía.- declaró la peliblanca en cuanto entró a la oficina y la vió concentrada sobre el escritorio de su padre.

La rubia desvío su mirada para poder ver a su familiar y luego la volvió a bajar a sus apuntes.

-¿Qué tal la cena con la familia real?- preguntó fingiendo el más mínimo interés. Elsa rodó los ojos, antes de caminar con su característica elegancia y aura de diplomacia hacia ella.

-Sabes que tú yo tenemos una seria conversación pendiente.- atajó colocando las palmas de sus manos sobre el escritorio y recargar su peso allí.

-No tenemos nada de qué hablar, Elsa.- bramó la menor, dejando de anotar las cuentas y dirigiendo su completa atención hacia su hermana- A partir de ahora en adelante, haré lo que YO quiera, porque es MI vida.- declaró desafiante.

-¡No tienes ni idea!- exclamó molesta su hermana mayor- No sabes lo que es el mundo real, mucho menos, lo que es estar con la familia real.- añadió.

-Lo dice la chica la cual es la novia del príncipe adoptado.- musitó Astrid alzando una ceja y recostándose en la silla, mientras se cruzaba de brazos.

Elsa gruñó al ver la tonta sonrisa sonrisa de victoria en la cara de su hermana menor. Creía que Astrid se estaba dejando llevar con su admiración u obsesión.

-Me enamoré de Jack y él jamás será rey. Es diferente.- contestó.

Sin embargo, Astrid negó con su cabeza. Para ella no era diferente.

-Por supuesto que no lo es.- dijo determinante- Escúchame, hermana, su tiempo de protegerme de acabó, estoy harta. Sé que piensas que soy una pobre niña ingenua e inocente, pero te voy advirtiendo, no me subestimes.- aclaró levantándose de su asiento.

Y después de darle una última mirada, se retiró a paso firme a su recámara.





































Hola hola, genteeeeeeee!

Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 🤍

Las cosas están un poquito intensas, ¿no? Pues, díganme, ¿ustedes están de acuerdo con Astrid? ¿Qué harían si estuvieran en el lugar de ella? Su situación es insólita y compleja.

O a lo mejor también quieren comentar algo de su hermana o Hiccup, me gustaría saber. (◔‿◔)

Pero, bueno, eso es todo por hoy...

¡Nos leemos pronto! 💜

¡Nos leemos pronto! 💜

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A_Hiccstrid

^MY LADY ASTRID^Where stories live. Discover now