Volviste a adelantar a ambos, entrando en la habitación que tocaba. Ignorando por completo la cantidad de androides que había encerrados en cápsulas, y el par que bailaban en los tubos.
— Lo que me faltaba... — Soltaste nada más entrar a la habitación. Puto Gavin Reed.
— La subteniente y el teniente Anderson, y su mascota de plástico... — Tus ganas de pegarle un puñetazo aumentaban a medida que lo oías soltar palabras cada día que pasaba. — ¿Qué coño hacéis aquí?
— Nos asignan todos los casos en los que hay androides.
— Ah, ¿sí? - Preguntó con burla. — Pues perdéis el tiempo. Es solo un pervertido que... mordió más de lo que podía masticar. — Rió.
— Por Dios, Reed. Eres asqueroso. — Te quejaste.
— ¿Quieres saber que soy capaz de morder, preciosa?
Te acercaste a él sin pensarlo, pero Connor detuvo tu paso. Y suerte de que lo hizo, te habrías sobrepasado demasiado con ese idiota.
— Vamos a echar un vistazo, si no te importa. — Le reclamó Hank, con una voz más superior que de costumbre.
— Venga, vamos... Aquí... está empezado a apestar a alcohol. — Se dirigió a tu tío.
Jurabas que esa actitud te volvía loca de una horrible manera, no entendías cómo podía haberte llegado a gustar en algún momento. La crisis de los veintiuno, supones. O querías suponer.
Se marchó de ahí dándole un golpe a Connor en el hombro, el cual lo desestabilizó un poco. Tú lo miraste con desprecio mientras lo veías marcharse, y él, al notar tu mirada en su espalda, se giró. Sonrió levemente y lanzándote un beso.
Puto Gavin Reed.
— Buenas noches, teniente. — Se despidió Chris. Sentías tanta pena de que él fuera su compañero. — Subteniente. — Asentiste con la cabeza, en forma de despedida, mientras sonreías de lado, levemente.
Nada más ambos salieron de la habitación, te pusiste a investigar el cuerpo. Notaste marcas de estrangulamiento, pero aquello no demostraba una plena certeza viniendo de un pervertido que jugueteaba de mala manera con androides.
Connor llegó justo después a analizar el cuerpo junto a tí, solo que él podría hasta reconstruir la escena con solo mirar al hombre.
Mientras veías como el androide analizaba todo, te fijaste en la habitación y lo llamativa que era. ¿Una cama redonda con sábanas rojas? Cualquiera diría.
— No murió de un ataque al corazón, lo estrangularon. — Informó.
— Sí, he visto la marca en el cuello. — Corroboraste.
— Pero eso tampoco prueba nada. Igual le iba la marcha...
— ¿Hablas de la asfixia sexual? — Preguntaste. Hank asintió, un tanto sorprendido de que le hicieras aquella pregunta. — Aunque tiene todas las papeletas de que este tío fuera de aquel calibre... Parece que murió de eso. — Él solo asintió.
— Nos estamos perdiendo algo... — Y, de nuevo, Connor tenía intenciones de meterse pruebas en la boca. Se acercó el thirium de la androide dañada a la boca.
— ¿Qué? ¡Eh, eh, eh! Agh, Connor, eres de lo más asqueroso. — Se quejó. A tí, sin embargo, pareció no molestarte tanto que lo hiciera. — Voy a volver a vomitar.
Connor ignoró las quejas de Hank y se puso a analizar a la androide dañada.
— El único modo de acceder a su memoria es reactivándola.
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Inestabilidad ⨾ Connor
FanfictionDetroit, distrito de Michigan, Estados Unidos. Año 2038. Los casos de divergencia se propagaban sobre los androides como si fuera una especie de virus. Tú, Enith Anderson, una subteniente con experiencia. Y tu compañero, - y tío - Hank Anderson, ser...
VII; El Club Edén.
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