Parte 4 Los hermanos Phoenix

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En la oscuridad de una sala mal iluminada con piedras fluorescentes, estaban dos hermanos mellizos charlando y comiendo

-entonces ¿se recuperara?- pregunto el chico

-si, pero temo que pueda caer en la locura nuevamente y en cuanto al otro, ya le he dado también un cuerpo y pronto sera capas de respirar por si mismo y podrá irse- le explico su hermana y hubo una pequeña pausa

-entonces solo nos queda traer a ese chico oso- dijo su hermano comiendo

-no es un oso, solo su mascara- dijo su hermana divertida -aunque aun sigo pensando que nos atacaran en cuanto me vean- murmuro algo triste. Ella a diferencia de su hermano era una bruja por herencia de su madre y estaba segura de que la atacarían en Shibusen en cuanto la viesen, o viesen su alma en todo caso.

-el Shinigami que esta ahora al mando insiste en que no se lastimara a las brujas que no hagan nada- dijo su hermano tomando la mano de su hermana para calmarla-ademas si alguien te ataca puedes contar conmigo- le sonrió el y ella intento devolverle la sonrisa.

Al terminar de comer, ella fue a ver a su paciente mientras que el fue a marcar unos mapas.

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En una pequeña habitación bien iluminada, toda blanca y sin puertas aparentes, había un pequeño mueble marrón y una simple cama de una plaza con sabanas blancas, donde descansaba una mujer de cabello rosado, su piel blanca sin mancha alguna, sus pestañas largas y sus ojos azules que ahora lucían idos mientras miraba al techo.

-¿como te encuentras?- dijo repentinamente apareciendo la chica de antes, lo que asusto mucho a la peli rosada y la miro con terror -siento asustarte, no era mi intención, estas a salvo- dijo ella olvidando cuan asustadiza era aun su paciente

-bi-bien- dijo ella luego de unos momentos sentándose en la cama mirando hacia su regazo y viendo sus manos

-¿recuerdas lo que te paso?- pregunto ella sacando de quien sabe donde una silla y poniéndose junto a la cama -¿recuerdas tu nombre?- pregunto esta vez

-Chrona Makenshi, la bruja espadachín- respondió sin titubear aun media ida

-bien, ¿puedes decirme que te paso?- le pidió la chica, era raro que no le preguntara su nombre ni donde estaba ella, pero hasta que no preguntara ella no le diría.

-yo...yo iba a ser el ki-kishing- dijo poniéndose pálida -pe-pero el me-me devoro- ella se abrazo a si misma -todo es-estaba oscuro, y lu-luego Maka me salvo y de-detuve a kishing con mi sangre, en la luna-explico ella y miro a la chica -¿donde esta Ragnarok? ¿por que no lo siento?- ella estaba muy pálida y parecía repentinamente mas nerviosa

-bueno, veras con mi hermano te sacamos de la luna donde estabas- le explico ella -cuando te sacamos tu alma comenzó a rechazar a tu arma, así que pense que lo mejor seria separarte de el, y con la ayuda de una Death Scythe corte el lazo que te unía a el y que yo no podía cortar, así que ya no esta en tu cuerpo- Chrona siguió abrazándose a si misma sin comprender muy bien las palabras de la chica

-¿donde esta?- pregunto de nuevo, si bien ella y Ragnarok no se llevaban muy bien, el siempre había estado con ella y luchaban juntos, si ella moría, el moría también, y viceversa, para ella era muy extraño no sentirlo y mas aun que le dijeran que ya no estaba en su cuerpo después de tanto tiempo juntos.

-el ahora tiene un nuevo cuerpo y esta en otra habitación descansando ya que la separación fue muy difícil para el, ya que no tenia un cuerpo físico a parte del tuyo que no sea de sangre negra- explico ella, era raro que explicara bien las cosas pero ella había estado practicando con su hermano que decirle a su paciente cuando despertara.

La luna negra de ChronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora