Mi Diamante Precioso

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Esa noche la pase en mi auto con mi hermana mientras me explicaba como todo había salido con mi madre.

Ella dormía en el asiento del conductor mientras yo miraba mi celular.

Debía llamarla.

Llamada

-Hijo- su voz era de preocupación y no pude ocultar mi sollozo

-¿Por qué?-

-Quiera que siguieras con tus sueños y no te detuvieras por mi-

-Mami, pero tenías cáncer- solloce con más dolor

-Pero ya me recuperé, todo esta bien- la escuché llorar

-¿Necesitas dinero?- ella se quedo callada mientras lloraba

-Te enviare una tarjeta de una cuenta bancaria que te abriré y ahí siempre tendrás dinero-

-Mami-

-Si, hijo-

-Te amo y si te hubiera pasado algo me hubiera muerto- cerré mis ojos llorando

-Jamás te dejare ni a ti y mucho menos a tu hermana-

-Ya tu padre me llamo para contarme lo de la venta y lamento mucho hacerte pasar por esto- su sollozo me partía el alma

-Tranquila mami, resolveré todo-

-Volveremos a ser felices como antes-

-Todo fue culpa de mi enfermedad- negué rápidamente

-No fue tu culpa tranquila-

-Gracias por siempre ayudarnos hijo- los dos nos quedamos en silencio

-Te amo mami- susurre

-Yo más a ti hijo, ahora ve a tu apartamento tu hermana debe estar cansada- asentí

-Sigo pensando que eres bruja- la escuche reírse

-Me avisas cuando lleguen-

-Te amamos- espere a que ella cortara la llamada

Elisa continuaba dormida a mi lado.

Conduje con cuidado para llegar a mi apartamento.

Ya estaba amaneciendo, pero aun así no tenia mucho sueño.

Al llegar tome a Elisa en mis brazos, después bajaría su maleta.

Al entrar recordé que Chloe posiblemente seguía dormida en mi cama así que la recosté en el sofá.

Las mejillas de mi hermana estaban rojas dejando notar que había llorado mucho.

-Pequeña- bese su frente mientras le colocaba un abrigo sobre su cuerpo

Aun seguía con una cobija en el apartamento.

-Porque pasaste por tanto- acaricie su cabello

No tenía noción del tiempo, pero quería asegurarme que mi hermana estaba conmigo por lo que solo cerraba mis ojos por segundos

-Alejandro- mire hacía la dirección de la voz y ahí estaba Chloe.

Ella miro como mi mano sostenía la de Elisa.

-Me iré- asentí mientras recostaba mi cabeza en el sofá

-Puedes acostarla en nuestra cama- abrí mis ojos de nuevo

-Nuestra no es, pero no acostare a mi hermana en la cama en donde acabamos de tener sexo- no quería sonar despectivo

-Vale- se puso derecha