Mi Diamante Precioso

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-Es que tienes algo distinto-

Miguel me seguía por toda mi oficina

-Ya déjame en paz- me estaba comenzando a molestar

-Ya no eres virgen-

Ese comentario hizo que me detuviera de hacer cualquier cosa.

-No lo puedo creer, al fin eres un hombre-

-Siempre fui un hombre Miguel que decidiera perder mi virginidad o no, no hace que sea mejor persona-

-¿Con quien fue?-

-No pienso contarte de mis intimidades, se lo prometí- susurre lo ultimo

Flashback

-No puedes decirle a nadie lo que paso en este apartamento hoy- Chloe me señalo antes de salir del mismo

-Lo prometo-

-Mas te vale, si me entero de que le dijiste a Miguel todo se acaba- salió sin dejarme responder

Fin de flashback

-Bueno venía para otra cosa- asentí

-Tienes un viaje a Grecia de negocio- lo mire sorprendido

-No es de vacaciones Alejandro- me señalo

-Tienes que hacer muchos viajes por el país para poder hacer diferente contratos, luego viajaras a Alemania allí conocerás a un nuevo diseñador que desea colaborar con nosotros-

Por lo que iba entendiendo será un viaje largo.

-Luego terminaras en España para el desfile que allí se efectuara de diferentes piezas, ahí puedes saber las nuevas tendencias que estarán llegando al mercado-

Solo tenía una pregunta.

-Y no, no puedes ir acompañado, los viajes son demasiados caros para una sola persona-

No negare que eso me dolía demasiado, le había prometido a Chloe que la llevaría conmigo a cada viaje y este era el primero al cual ella no iría.

-Vale, envíame los itinerarios y el día que viajo- me senté en mi silla

-Viajas dentro de un mes, así que disfruta del sexo lo mas que pueda, luego estarás un buen tiempo sin nada-

El se fue dejándome ahí mas confundido.

¿Sabrá que fue con Chloe?

Chloe no se apareció nunca en mi oficina. Para el almuerzo la buque y ella no estaba en su oficina.

-Si ves a Chloe le puedes decir que venga a mi oficina- mi secretaria asintió

Fui directo a la oficina para ir a montar piezas.

Quería entretenerme.

Pase ahí varias horas y Chloe no llegaba.

Monte ocho pieza y al salir ya no había sol.

-Señor Lombardo- entro mi secretaria

-Sigues aquí- la mire sorprendido

-Mi trabajo es irme después de usted- ella me sonrió

No había notado tanto la belleza de mi secretaria.

-¿Qué paso?- deje de mirarla para tomar mi saco

-Tenemos un problemita-

-¿De que problemita estamos hablando?-

-Una demanda de la señorita Rebecca-