Capítulo XVI.

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(Narra Jesús)

Mientras esperaba a que Babi acabase su examen, Sandra apareció.

No sabía la razón por la que lo había dejado con mi hermano.

Nada más verme se acercó a mi y me dió dos besos.

-¡Jesús! -Me sonrió

-¡Sandra! -Le respondí risueño, aunque muy a mis adentros no quería que estuviese ahí.

-¡Madre mía cuanto tiempo! Te echaba de menos, anda que me vas a escribir o algo eh.

-Lo mismo te digo.-Sandra no dejaba de sonreir, y yo tampoco.-¿Qué tal con Dani?

-Si lo supiese te lo diría... De repente dejó de hablarme y no sé... -Se calló al escuchar la puerta del aula abrirse.-No sé por qué -Siguió para que no me girase para ver quien era. Lo hice.

Babi nos miraba, no conocía esa mirada. Era de enfado, asombro, rabia y pena.

-Me voy.-Le dije seco a Sandra.

Me acerqué a Babi, que estaba enfafada. Lo noté por su forma de mirar.

-¿Qué te pasa?-Le pregunté.

-Nada, ¿qué me va a pasar?

-¿No te ha gustado ver a Sandra?

-Sinceramente me hubiese gustado más ver a mil personas antes que a ella. -Hizo una pequeña pusa y suspiró. -Tengo que devolver estos libros a la sala de profesores, ¿me esperas en la entrada?

-Por supuesto, no tardes fea. -La cogí de la cadera antes de que se girase le dí un beso.

Me sonrió mirándome a los ojos y se fué.

Al girarse el olor de su pelo inundó mis fosas nasales. Sonreí. Como para no hacerlo con ese olor a melocotón que provenía de aquel pelo tan brillante.

Una vez llegué a la entrada del IES me apoyé en la pared a esperarla.

Pasaron los minutos. 5, 10, 15 y no aparecía. Fuí a buscarla.

Ese instituto era un laberinto. Encontré a unas 50 niñas, pero a la mía no.

La llamé y su móvil estaba apagado.

Me empecé a preocupar. ¿Dónde se había metido?

Mágicamente encontré el baño y pregunté su nombre en voz un poco alta.

-¿Babi?

-Sí.- Dijo una voz temblorosa, alargando la "s". Entré al baño y no había nadie.

-¿Dónde estás?

-Aquí.- Abrió la puerta de el baño. Estaba llorando, sentada en el suelo y con los codos apoyados en las rodillas.

Mierda, ¿por qué? Una puñalada dolería mucho menos que verla a ella así.

-¿Qué ha pasado mi niña? -Pregunté agachándome frente a ella.

-Tú lo sabes mejor que nadie, y no te acerques a mi.

-¿Cómo?- Pregunté extrañado.

-No te hagas el tonto, ya me lo han contado todo, y sólo me queda por decir una cosa. -Se levantó del suelo y yo tras ella. Se colocó en frente de mí.- Vete a la mierda, no te mereces ni que te mire.

-No entiendo nada, ¿me lo puedes explicar?

-¿Para qué? Métete en Twitter o Instagram y lo pillarás rápido.

-¡¿Qué está pasando?! -Pregunto.

-¿Te lo repito en chino? Adiós.- Me esquivó y salió corriendo.

Hice lo que me dijo. Abrí mi Twitter y ví una fotografía de hacía más o menos un año y medio con mi ex; Rocío. En esa foto salía besándola.

¿Qué pudo cabrear a Babi? Tanto ella como yo hemos tenido más relaciones.

¿Y quién se la había enseñado? Mierda, otra pelea.

Me fuí pero no detrás de ella, no quería que se cabrease más.

Cuando llegué a casa la llamé por teléfono.
*Inicio de llamada telefónica*

-Qué quieres? -Preguntó con una voz de enfado.

-Que me escuches, que esa foto tiene ya pechá de tiempo, tú has tenido otros novios y tendrás fotos con ellos, igual que yo.

-Esa foto es tuya con la tal Laura esa con la que estuviste el tiempo en que estuvimos separados y la camisa que llevas es la que llevabas cuando nos vimos en la discoteca, es de ese mismo día Jesús.

-¡Esa no es Laura! ¿Y cómo sabes tú lo de Laura?

-¡No me mientras, que me lo ha dicho ella misma!

Más de lo que imaginas.Where stories live. Discover now