Capítulo VII.

367 21 0
                                    

Estaba muy agusto con Dani. Me sentía bien, pero el que Dani hubiese seguido el beso a Lidia me incomodaba. ¿Acaso quería algo conmigo? Dios, pero si él sabía lo que yo sentía por su hermano. Aunque si Jesús ya había encontrado a otra persona, ¿por qué yo no?

Nos acomodamos en el sofá y aunque era Agosto, estábamos bien juntos. Estuvimos jugando a la Play Station, aunque yo no sabía ni cómo se encendía. Menos mal que Dani manejaba.

Jugamos a un juego de esos de matar. COD V creo que se llamaba. Le miré mientras se concentraba en matar a nosecuál policía por nosequé cosa. Me recordó mucho a Jesús cuando veíamos una película.

¿Qué hago con Dani? Me pregunté. Yo amo a Jesús, ¿qué estoy haciendo?

De repente un recuerdo asaltó mi mente. Dani mientras me decía que Jesús ya estaba con otra. ¿Qué podía tener aquella que no tuviese yo?

Luego recordé aquel escrito que decía «A veces querer es dejar ir, es morir para que otro viva»

Qué cierto. Tuve que morir yo para que otra persona viviese lo bonito que era querer a Jesús.

¿Eso era amor? ¿Qué es el amor? Mierda, volvía esa maldita sensación que perforaba mi pecho.

Esa sensación se llama echar de menos. Echaba de menos a Jesús.

Dani me sacó de mis pensamientos.

-Ha dejado de llover, me voy.

-Como quieras.

-¿O quieres salir esta noche?

-No me encuentro muy bien, mañana hablamos Dani.

-Vale, mejorate tonta.

-Lo haré bobo.

Me dio un beso en la frente y yo le regalé una sonrisa.

Se fue y sentí a irreparable necesidad de llamar a Jesús.

Le llamé y contestó una chica.

*Llamada telefónica *

-¿Sí? -Dijo una voz femenina.

-Hola, ¿está Jesús?-Tras unos segundos contestó.

-No, se ha dejado el móvil en casa y se ha ido.

-¿Y tú quién eres?

-Una amiga de él, que estámos viendo una película y ha ido a comprar palomitas.

-Vale, di a Jesús que le he llamado.

*Fin de la llamada*

Esa voz tenía que ser de esa tal Laura.

Anteriormente no me quise dar cuenta de que Jesús me había reemplazado. No lo asimilaba, pero ya si. Ya estába con otra. Haciendo lo que solíamos hacer nosotros.

Tras esa llamada ya no había razones por las cuales seguir pensando en Jesús. Todo acabó. Fin del cuento.

Acabé por acostumbrarme a la caída.

----------

Mis niñas, siento no haber subido capítulo pero es que no he tenido tiempo, y si tenía un rato no me inspiraba o cualquier cosa me interrumpía.

Os quiero, votad y comentad, si queréis dadme ideas para próximos capítulos; os lo agradecería de verdad.

Un beso fuerte.

Más de lo que imaginas.Where stories live. Discover now