Capítulo 16

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Un sonido atrajo su atención y vio a una niña de pie en la puerta de su habitación. Era adorable, tenía grandes ojos azules, brillantes rizos rojos, y vestía una bata de hospital, mientras sostenía un oso de peluche.

—Hola —dijo con solemnidad, manteniéndose cerca de la puerta.

—Hola —respondió TaeHyung, sintiendo curiosidad por saber de dónde venía la niña.

—¿Estás enfermo? —preguntó.
Eso lo detuvo en seco. ¿Qué le diría? Se suponía que la verdad nunca hacía daño. Así, con una respiración profunda, dijo:

—Creo que se puede decir eso. Estaba muy mal herido, y mis piernas no funcionan muy bien en este momento.

La niña entró en la habitación un poco más, sin soltar el oso de peluche. —Yo estoy enferma.

—Siento mucho escuchar eso. ¿Qué está mal?

Se acercó a él y se subió a la silla cercana a la cama, doblando las piernas debajo de ella. El aire de inocencia en torno a la niña casi hería a TaeHyung cuando la miraba. Le sonrió alentadoramente. Ella le devolvió la sonrisa de repente, casi cegándolo con el brillo.

—El doctor dice que tengo cáncer en mi cabeza. —Señaló los rizos de color rojo brillante.

El aliento de TaeHyung se quedó atrapado, y sintió tristeza porque esa hermosa niña tuviera que sufrir de esa manera. Lo asombroso era que la niña no parecía estar triste o molesta por estar enferma. Eso le dio una lección de humildad.

—Yo soy TaeHyung. ¿Cuál es tu nombre?

—Lee Roeun. —Se presentó con orgullo y sacó su pequeña mano en señal de saludo.

Sonrió al envolver el pequeño apéndice entre las suyas, maravillado por la diferencia de tamaño.

—Es un placer conocerte, Roeun. ¿Dónde está tu mamá?

—Está en el cielo con mi abuela. Mi papá tiene que trabajar para poder pagar los medicamentos que me curarán. — Sus ojos azules eran inocentes, e hizo que TaeHyung se sintiera avergonzado por la forma en la que había estado actuando.

Le hizo darse cuenta de que tenía la suerte de estar vivo.

—Lamento escuchar eso. Mi mamá también. Está junto con mi papá.

—¿No tienes una mamá ni un papá? —preguntó Roeun, los ojos muy abiertos—. Entonces, ¿quién cuida de ti?

TaeHyung no podía dejar de sonreír al pensar en SeokJin y SaeRon.

—Mis amigos me cuidan.

—Oh. Eso es bueno. ¿Puedo ser tu amiga también? — preguntó la niña con timidez, casi parecía que tenía miedo de que la rechaza. TaeHyung asintió y ella sonrió, saltando en la silla.

—Aquí estás, Roeun —dijo la enfermera voluntaria que entró en la habitación—. Te he estado buscando por todas partes. —Reprendió a la niña dulcemente, dándole a TaeHyung una sonrisa de disculpa—. Se alejó de mí.

—Está bien. Si está bien para ti y, por supuesto, para su padre, no me importaría que viniera a visitarme siempre que quisiera —la animó TaeHyung, queriendo estar con la niña y ayudarla si podía.

Roeun comenzó a charlar con la enfermera voluntaria con entusiasmo. Antes de salir, la niña le dio un pequeño beso en la mejilla, después agarró a la mujer de la mano y le permitió llevársela de la habitación. TaeHyung se recostó contra la almohada suspirando. No le parecía justo que una niña tan bella e inocente se viera afectada por esa enfermedad. Le daban ganas de hacer todo lo posible para mejorarse y así poder ayudarla. Pero el médico le había dicho que la terapia física tendría que esperar hasta que sus heridas hubieran cicatrizado en su mayor parte, lo que podría llevar semanas. Hizo una mueca, mirando alrededor del cuarto estéril. Las flores de SeokJin y los globos de SaeRon daban el toque único de color. Sus ojos se posaron en los diversos colores de las margaritas, pensamientos, y los narcisos que estaban en el ramo. Eran hermosos, y sintió que sus labios se curvaban ligeramente hacia arriba en sus esquinas al pensar en el hombre que se las había dado.

𝐁𝐞𝐡𝐢𝐧𝐝 𝐌𝐲 𝐒𝐜𝐚𝐫𝐬  ➻ 𝐽𝑖𝑛𝑇𝑎𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora