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Una chica en apuros

Olivia

-Veamos...Mmmnn ¡Por aquí! – dijo una parlanchina Clara mientras que un amplio edificio con ventanales enormes nos permitía el paso a la facultad.

No soy de las personas que estereotipaban a los demás, pero mentiría si dijera que no me imaginaba a los estudiantes de ingeniería tal y como los estaba viendo ahora; en su mayoría hombres (hasta podía jurar que aparte de nosotras, solo había unas 3 mujeres más en el lugar), vestían camisas de leñador a cuadros y unos jeans desgastados; y si bien algunos chicos volteaban a vernos, luego volvían a centrar sus miradas en sus portátiles o en algún artefacto que estén fabricado.

Pase mi mirada por todo el lugar y esta se posó luego en Amanda, quien iba prácticamente arrastrada por Clara al segundo piso, en donde se encontraban, lo que suponía, las aulas de la facultad. Me debute al ver que Clara recorría con su mirada frente a una de las aulas.

-Nop... aquí no está- Dijo para después continuar el recorrido aula por aula negando en cada una de estas.

A el paso en el que íbamos, encontraríamos al misterioso chico al final del día.

- ¿Cómo es la persona a quién buscamos? -le pregunté queriendo de alguna forma ser de ayuda en toda esta situación.

De pronto, Clara paro en seco y su sonrisa se extendió a una sonrisa que le llegaba hasta las orejas.

-Ya no es necesario buscarlo más- dijo Clara casi saltando de emoción- Lo encontramos. ¡SAAAM!

La fuerte voz de Clara no solo llamo la atención del nombrado, sino de todos los chicos que se encontraban alrededor de este.

Yo no podía ver mucho lo que pasaba en el interior debido al alboroto que ocasionó Clara, pero logré escuchar a alguien acercarse mientas sentía como Amanda me usaba como una especie de barrera protectora y hacía el intento de esconderse detrás de mi disimuladamente, aunque mi cuerpo no sirve mucho para escudo humano o escondite, pero lo que si no pude evitar pasar por alto fue el color rojizo en las orejas de Amanda.

¿Qué está pasando? ¿Acaso Amanda se acaba de sonrojar?

¿O me equivoqué?

Sus orejas se pusieron muy rojas, tanto que resaltaban en su pálido color y abundante cabello negro. Era algo que difícilmente se podía ignorar.

- ¡Clara linda! ¿Cómo estás? - Una dulce voz hizo presencia cerca de nosotras al mismo tiempo que un chico alto y delgado se paraba en frente nuestro.

Su cabello rubio y alborotado le llegaba por los hombros y la mitad de este se encontraba pulcramente sujeto con una liga de cabello que claramente hubiera pasado desapercibido para mi si no fuera por el ostentoso tono fucsia con brillitos y conejitos de decoración que llevaba.

Sam, como Clara lo llamó, llevaba unos jeans holgados color celeste y una camisa manga larga de color beige entera y pulseras, bastantes pulseras, muchas pulseras de todo material y color.

-Sam, veras... necesitamos tu ayuda- Clara respondió mientras se ponía a la par de nosotras- ¿Sabes que se acercan las actividades de aniversario de la universidad? ¿no? - dijo haciendo un pequeño puchero.

- Por supuesto que sí, todos hablan de eso- Habló el rubio y mientras respondía posó su mirada en el lugar en donde Amanda se encontraba, a espaldas de mí.

Capté un poco de movimiento y logré ver la leve sonrisa de parte de este al ver como Amanda intentaba hacerse pequeñita y esconderse más- Hola Amanda... Estas hermosa hoy, como siempre- La saludó con una sonrisa que hacía desaparecer sus grandes ojos negros.

Volví a sorprenderme a ver que las mejillas de Amanda se coloreaban de un rojo encendido. Como tratando de disimular, Amanda juntando todo el orgullo que tuvo, trató de responderle el saludo.

¿Dónde está la Amanda salvaje y ruda que yo conozco?

Todo está muy raro.

Pero, no puedo evitar decir que me causaba demasiada gracia ver a la gran Amanda actuar de esa forma con ese chico.

-Hola también...-respondió Amanda al fin al chico de ojos negros.

¿Creo que ya es momento de que haga mi entrada cierta? Porque por lo visto, ninguna me piensa presentar.

-Eh, hola, Sam, ¿Verdad?, soy Olivia, amiga de las chicas-

Bueno, ¿eso sonó normal cierto?

Nunca se cómo iniciar una conversación correctamente, soy de esas que después del "Hola, ¿cómo estás?" Y el famoso "¿Qué haces?" Me quedo sin nada más que decir.

Pero estoy tratando de entablar una conversación con el rubio frente a nosotras para evitar que esté continue con su mirada hacia Amanda, cosa que sé que luego ella me lo agradecerá.

Cuando su mirada por fin choco con la mía se me hizo extremadamente conocido, lo había visto en alguna parte, y por la expresión que hizo Sam, al parecer a él también le pasaba lo mismo.

No pasó ni dos segundos para que mis conexiones neuronales me hicieran recordar y... OH DIOS, NO LO PUEDO CREER.

¿Porque siempre me tienen que pasar las cosas vergonzosas?

¿Por qué?

Obviamente no lo había reconocido antes porque el rubio llevaba una gorra que cubría todo su cabello aquella vez, pero esa expresión de confusión si la había reconocido.

- ¡Ahhh! Eres tú, la chica de la parada de autobús- Exclamó Sam. Si, al parecer él también lo recordaba.

¿Porqué de todos los chicos qué hay en esta universidad y en todas las facultades, el que tiene que ayudarnos tiene que ser Sam?

El chico con el que intenté ligar el primer día que fui a la Uni en la parada de autobuses y solo me ignoró y salió corriendo.

**

Bueno, aquí está el cap que prometí...

Espero que les guste

Los quiero,

Besitos,

Fer.

Todo o NadaWhere stories live. Discover now