Planes y Sentencias

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- Señorita Granger, ¿está tratando de decir que quiere casarse con mi hijo?

- ¿¡¿¡Qué?!?! -dijo Hermione increíblemente sorprendida. Creía que lo que había escuchado era una broma por parte del rubio, pero al decir aquel disparate con tanta seriedad, no sabía muy bien como tomarse las palabras de ese hombre.

- Hace apenas un momento, indirectamente ha sugerido casarse con mi hijo. Personalmente, estoy bastante sorprendido de que quiera tanto a mi hijo Draco, como para casarse con él; pero... si los dos estáis de acuerdo, ¿quién soy yo para ir en contra del amor?, sin embargo, hay una cosa que me preocupa considerablemente, y es su relación con el menor de los Weasley -dijo con falsa preocupación. La mandíbula de Harry se abrió tanto de la impresión por lo que había dicho Lucius, que casi toca el suelo; Hermione por el contrario solo se irritaba cada vez más.

- No se haga el tonto conmigo, señor. ¡Yo nunca me casaré con su hijo!, ¡y mi vida privada no es de su incumbencia! -Dijo cabreada y muy molesta. Hermione no podía creer el descaro de ese hombre, no solo quería que le sacará de la cárcel, sino que ahora le decía esa sarta de sandeces. Y, por si fuera poco, se metía con su relación con Ron. La verdad, es que a Hermione no le importaba mucho este último punto, pues había reflexionado durante mucho tiempo y había llegado a la conclusión de terminar su noviazgo con su pelirrojo amigo lo antes posible. Sin embargo, Hermione pensaba que era una decisión privada y nadie tenía porqué meterse en la vida de otras personas, mucho menos de esa forma.

A Lucius no le gusto para nada la respuesta de esa muchacha, pero lo disfrazó perfectamente con su cara llena de indiferencia y su postura arrogante. Por suerte Harry, decide intervenir cortando así ese ambiente de malestar que se estaba comenzando a generar. -Bueno señor Malfoy, se hace tarde y nosotros tenemos que irnos. Hermione y yo, crearemos un plan para intentar sacarlo a usted y a su familia de la cárcel, sin embargo, no le prometemos nada. Nos veremos en el juicio, señor. Vamos, Herms. Dijo mientras la arrastraba fuera de la sala, lo más pronto posible para que no siguiera discutiendo con Lucius.

- Adiós Potter y, adiós a ti también, futura nuera. – dijo para cabrear a la castaña, antes de que saliera por completo de aquella sala, junto con su azabache amigo.

Cuando Harry y Hermione, salieron del Ministerio, ya era la hora de la comida, así que, decidieron volver a la Madriguera. Allí podrían pensar calmadamente sobre lo que había sucedido en aquella "sala de conciliación". Por desgracia, en cuanto ambos jóvenes aparecieron en el jardín de aquella vieja casa, un pelirrojo se acercó corriendo en su dirección, pues no había sabido nada de sus amigos en todo el día. Para cuando Ron se levantó, tanto Harry como Hermione se habían ido al Ministerio, es por ello por lo que cuando los vio fue directamente hacia ellos. Ya que, quería preguntarles porqué se habían ido.

- Al fin aparecen ustedes dos, mamá estaba preocupada porque no sabía a dónde habíais ido. ¿Dónde habéis estado toda la mañana?, podríais haberme avisado de que pensabais salir. – Dijo con evidente curiosidad y con un poco de tristeza ya que pensaba que sus amigos le habían excluido.

- Lo sentimos Ron, pero Herms y yo, hemos tenido que ir al Ministerio a resolver un asunto. – Dijo Harry, justificándose por la ausencia de él y de ella. – La verdad, es que no pensábamos que íbamos a tardar tanto, lo siento. – Harry, tiene razón Ron. Disculpa que no te hallamos dicho nada, luego me disculparé con Molly. – Dijo Hermione, sintiéndose un poco mal por no haberle dicho nada a su actual novio.

- Bueno, da igual, no importa. ¿Y puedo saber que asunto teníais que resolver? – Dijo Ron, con mucha intriga y sintiéndose feliz porque sus amigos no lo hubieran excluido de hacer algo divertido.

Pociones, una asignatura... ¿Peligrosa?Where stories live. Discover now