Recibiendo una carta del Ministerio

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Dos semanas y media más tarde, Hermione se encontraba junto con Harry disfrutando de una agradable merienda en el jardín de la Madriguera; ese día, estaba soleado y sería un autentico desperdicio no disfrutarlo al aire libre. Ambos jóvenes estaban sumidos en un agradable y cómodo silencio hasta que Harry decidió hacerle una pregunta a su castaña amiga.

-¿Qué piensa Snape sobre que vayamos a testificar a su favor en el juicio?, ¿estás segura de que le parece bien?

En ese momento Herms, dejó de comer su sándwich y dirigió su mirada hacía su amigo, y no pudo evitar esbozar una sonrisa al acordarse de la gran discusión que tuvo con su profesor el primer día que fue a visitarlo a San Mungo y le dijo que tanto "ella como Harry testificarían a su favor en su juicio". La reacción de Snape, obviamente, no fue de dar saltos de alegría y regocijo, más bien, actuó tal y como ella esperaba que lo hiciera, negándose rotundamente a ello, mientras le lanzaba algún que otro improperio hacía su persona. Sin embargo, y, a pesar de todo ello, se podía decir, que ellos dos habían desarrollado una cierta "amistad".

Ella, desde hacía dos semanas y media iba todos los días a visitarlo. Si bien al principio, costó que la aceptara, con los días se fue acostumbrando a su presencia. Y ambos, tenían largas conversaciones sobre diversos temas ya que, los dos daban su opinión y defendían sus puntos de vista con brillantes e ingeniosos argumentos. Así que, no dudó en responderle – Bueno, al principio, no quería, pero logré convencerle, así que supongo que está conforme con ello. (dijo mientras se encogía de hombros y volvía a comer su sándwich).

Harry, solamente le dedicó una mirada un tanto incrédula y escéptica, pues era sabido por todos, que el Slytherin no era particularmente devoto a ellos y que seguramente no estaba para nada feliz con ello. Harry, decidió dejar el asunto por el momento; la verdad era que no sabía como su amiga había sido capaz de convencer a tan obstinado hombre, sin duda, le preguntaría acerca de ello más en adelante.

Cuando estaban por acabar de merendar, una lechuza que jamás habían visto llegó y les dejó una carta a cada uno. En cuanto el animal cumplió con su cometido volvió a emprender el vuelo, regresando al lugar del que venía. A ambos chicos les sorprendió muchísimo aquellas cartas, pues las dos eran del Ministerio. Hermione fue la primera en abrir su misiva y comenzó a leer:

Pov *Hermione Granger*

Estimada señorita Hermione Jane Granger, se le cita dentro de dos días en el Ministerio de Magia de Londres para tener una reunión con el preso, Lucius Malfoy, a las 10 am en la sala 25 del tercer piso. Asistirá en calidad de visita, así que, en todo momento dicha sala estará resguardada y protegida por aurores cualificados para mantener su seguridad.

Por favor, se ruega su asistencia y su puntualidad.

Atte: El Ministerio de Magia.


Cuando terminé de leer la carta que me había enviado el Ministerio, me quedé en shock, no me lo podía creer. ¡Lo que decía ese trozo de papel no tenía ningún sentido, lo miraras por donde lo miraras, era completamente ilógico! Tuve que releer varias veces aquella nota para verificar que no la había leído mal. Por desgracia, daba igual cuantas veces la leyera, su contenido no cambiaba, siempre era el mismo.

Alcé mi mirada hacía Harry con la esperanza de que me dijera de que se trataba de una broma de su parte, pero al ver su cara llena de malestar, confusión y escepticismo; supe que su carta decía lo mismo que la mía.

- ¿Tú también tienes una cita dentro de dos días para asistir a una reunión con el señor Malfoy, Herms? (dijo con evidente asco y desprecio hacía el mencionado)

Pociones, una asignatura... ¿Peligrosa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora