Después de la tormenta (NO) viene la calma

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- Muy bien, ¿de qué se trata?

- De mis padres. 

Pov*Hermione Granger* 

No sabía muy bien porqué, pero al decir que se trataba de mis padres, sentí un escalofrío recórreme por toda la espalda. De repente, pude notar como todos mis músculos se tensaban y mi respiración se hacía más superficial, pues era como si mi cuerpo presagiará que algo malo iba a pasar. Por desgracia, la mirada que me lanzaron tanto McGonagall como Dumbledore, solo confirmaron mis sospechas. Notaba pena, tristeza y lástima en su mirada y eso no me auguraba nada bueno, pues hacía que mis esperanzas de encontrar un contra hechizo para mis padres, se desvanecieran como la arena cuando sopla el viento. 

- Pues..., verá, señorita Granger... No es fácil decirle esto, pero... (dijo Dumbledore, mientras suspiraba)  

-  ¿Pero... qué?, dígamelo directamente, por favor, señor.  

- (Con otro largo suspiro, dijo) Es una gran hija, señorita Granger, nunca dude de eso, y sobre todo no se culpe de nada, usted hizo lo que cualquier hijo o hija, en su situación, hubiera hecho por salvaguardar a sus seres queri...

- Con todo el respeto, señor, pero le agradecería que fuera directamente al grano (dije interrumpiéndolo, ahora mismo, lo último que necesitaba era que se fuera por las ramas. Mis nervios estaban a flor de piel y no me creía capaz de aguantar mucho más).  

- Está bien. Vera, señorita Granger..., por desgracia, actualmente, no existe ningún contra hechizo para el Obliviate, menos aún, para uno tan fuerte como el que usted lanzó. 

En ese momento, sentí como mi mundo se derrumbaba por completo; me sentía terriblemente mal por la situación a la que había orillado a mis padres. Pues de acuerdo a mi propia conciencia, la única responsable del estado de mis padres era yo. Y, eso, solamente agravaba los remordimientos y la culpa en mi corazón. En mi mente, no se dejaba de repetir las palabras dichas por el director: "Actualmente, no existe ningún contra hechizo para el Obliviate". Estaba segura que de haber recibido está noticia estando de pie, ahora mismo, estaría tirada en el suelo, pues mis piernas no habrían podido resistir mi propio peso. Como respuesta a esa noticia, mi mente entro en colapso y yo, en la fase de negación. Todo mi ser se negaba a aceptar esa horrible noticia. 

- ¡No, no puede ser!, ¡Por favor, de seguro debe de haber alguna cosa, lo que sea!, ¡Usted es un mago increíble, seguramente en su biblioteca o en la sección prohibida debe de haber algo! (dije desesperada, con la voz rota en llanto). 

- La verdad es que no lo sé, señorita Granger. Sin embargo, esté segura de que buscaré una solución al problema de sus padres. Revisaré tantos libros como pueda y, me pondré en contacto con los mejores magos y brujas del país. No desespere. (Esas palabras, fueron como un bálsamo en mi corazón, pues me daba una diminuta esperanza; haciendo que recuperará poco a poco la compostura)

- Albus, yo, también quiera participar en dicha búsqueda, quiero a la señorita Granger como si fuera mi hija y no quiero verla mal. Si ella está de acuerdo, y me lo permite, me gustaría poder ayudar.  (Dijo McGonagall, interviniendo por primera vez, en lo que llevábamos de reunión, mientras me miraba con los ojos llenos de tristeza por mi situación, pero con la convicción de que todo se va a arreglar). 

- Minie, creo que eso, debes de decírselo a la señorita Granger, ¿no crees?, entonces, señorita Granger, ¿acepta la ayuda de la profesora McGonagall?. 

- Sí, por supuesto, para mi sería un gran honor. Muchas gracias, profesora. Toda ayuda es bienvenida. (dije mientras me limpiaba las lagrimas con el dorso de mi mano, y recobraba un poco mis esperanzas)Con su permiso, comenzaré ahora mismo con la investigación. 

Pociones, una asignatura... ¿Peligrosa?Where stories live. Discover now