nueve

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—¿qué rayos hacemos aquí, styles? —el omega dijo un poco cansado.

había pasado una semana desde lo del beso.

no lo habían hablado explícitamente.

sus acciones seguían siendo iguales, o bueno, los besos, abrazos y caricias se agregaron al menú.

el punto es que estaban en una situación un poco confusa.

louis quería conocer más a harry, y harry quería que el omega se sintiera cómodo.

—¡shhh! no quieres que nos ataque un alce ¿o si? —el alfa hizo reír al omega que se pegó un poco más al alfa, sus manos estaban entrelazadas y sus cuerpos cerca el uno del otro.

los abrigos los mantenían a salvo del frío de esa noche, la luna, las estrellas y la linterna de harry eran su luz que los llevaba a donde sea que el alfa los llevaba.

este tenía una mochila grande que se escuchaba cada que caminaba.

la pijama debajo del abrigo de louis demostraba que harry lo sacó a la fuerza de la cama a las once de la noche.

—la luna se ve hermosa esta noche, pero ¿qué hacemos?

harry se detuvo frente a un árbol y se paro frente al omega.

—me comentaste que nunca habías podido patinar en un lago congelado porque tenías miedo que por la cantidad de personas se rompiera el hielo. —el alfa habló rápido. louis asintió confundido. —justo ahora no hay nadie en el lago congelado más seguro para patinar.

louis sonrió emocionado, dio un saltito.

al llegar al lago, harry le dio sus patines a louis quien los tomo emocionado y se los puso.

la luz de la luna era brillante, hermosa y hacía que louis se viera hermoso debajo de las estrellas.

harry se puso sus patines y al ver al frente vio a louis.

el omega reía feliz.

patinaba rápido y practicaba su rutina.

sus saltos eran altos y con control, cuidando de si mismo para no caer.

louis se veía radiante, con la luz de la luna bañándolo en esa dulce luz llena de vida.

—¡harry! ¡vamos! —el omega se detuvo y vio a harry.

su cabello despeinado, sus ojitos brillando y una gran sonrisa en su rostro.

harry se levanto.

los dos patinaron por el frío lago, louis daba vueltas por doquier y reía de vez en cuando al ver a harry usar una roca como disco de hockey.

—¿soy bueno organizando citas, no?

louis se detuvo a ver a harry.

—¿esto es una cita cita? —louis se acercó.

no había luz más que la hermosa luna alumbrando el gran lago.

la luz de la luna era suficiente para poder ver con claridad y frialdad el delicado rostro de louis, sus pómulos marcados, sus pestañas largas, sus labios delgados y sus hermosos ojos azules.

—si tú quieres que sea una cita, esto es una cita. —susurró louis acercándose a harry.

harry sonrió y abrazó la cintura del omega.

—me gustas mucho, louis.

louis sonrió y besó los labios del alfa, acariciando sus rizos que sobresalían del gorro naranja que usaba el alfa.

—eres muy bonito. —harry acarició el rostro de louis.

—¿solo bonito? creo que también soy talentoso.

—eres increíblemente talentoso, tu perteneces al mundo del patinaje, —el alfa se separó un poco y patinaron. —eres delicado pero tan fuerte.

harry sonrió y acarició la mano de louis.


después de un rato patinando se sentaron en la camioneta de harry.

conversaban acerca de cosas sin sentido, bromearon y de una forma u otra terminaron viendo las estrellas, la cajuela tenía cobijas que los mantenían cálidos, aún así el alfa le brindaba calor al omega al acurrucarse con él.

—tengo miedo de perder la competencia de la próxima semana. —louis susurró y se escondió en el cuello de harry.

—eres asombroso, louis. —harry acarició su espalda baja. —no deberías de tener miedo, no creo que haya otro patinador mejor que tú.

louis rió y vio la brillante estrella arriba de ellos.

—¿pero qué tal si sí lo hay? —louis frunció el ceño. —¿qué tal si pierdo?

—si llegas a perder, que no creo que pase, entonces el próximo año ganarás. —harry aseguró. —eres talentoso, louis, no dejes que tus inseguridades afecten tu juego. —harry dijo con un acento sureño.

louis rió por la mala imitación.

—¿ahora montas caballos y tiene una granja?

harry rió.

—algún día compraré una granja, será divertido perseguir gallinas todo el día.

louis sonrió.

—me gustan las granjas, —louis suspiró. —mis abuelos maternos eran de california y tenían una granja y un viñedo.

—casi no hablas de tu familia. —harry soltó. —pensaba que no te agradaba.

—mi madre murió hace unos años y realmente mi padre tiene demasiado trabajo como para visitarme. —louis hizo una mueca.

harry besó la frente de louis.

—lo siento por lo de tu madre.

louis se acurrucó más cerca de harry.

—fue hace demasiado tiempo, creo que lo he aceptado.

—este gorro era de ella. —harry acarició el esponjoso pompón en la punta.

louis rió.

—ella adoraba tejer en su tiempo libre, quiero decir ella era la mejor patinadora, ganó un olímpico en el 97'. —harry vio asombrado a louis. —yo tenía seis años cuando la vi ganar, fue asombroso. —los ojos de louis brillaron. —ella se veía perfecta en el hielo, se veía feliz, parecía que volaba cada vez que daba un salto y caía a la perfección... como si ella fuese la pluma de un ave. —louis sonrió con cariño. —quiero ser como ella.

harry vio con cariño a louis.

—yo creo que ella debe de estar muy orgullosa de ti, eres muy talentoso, lou.

louis besó con cariño a harry.

—gracias, alfa.

patines y chocolate calienteWhere stories live. Discover now