Capítulo 13 - "Regalo, Paseo, Conversación"

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—Te quiero en mi oficina en dos minutos.— Escuche la voz ronca de Sana, haciendo estremecer todo mi cuerpo.

Elevé la vista y solo vi a Sana entrando a su oficina, estaba rezando a Dios para que no recordase nada de la noche anterior. Agarré mi agenda, ajustando mis lentes en mi rostro, caminando lentamente hacia su oficina.

—Señorita Minatozaki.

Se movió quedando frente a mí, mirándome con sus ojos cafés brillantes, me sentía débil todas las veces que la miraba. Me di cuenta que su mirada recorrió todo mi cuerpo, haciéndome tragar en seco, vi su expresión tensa, Sana cerró los ojos con fuerza, negando con la cabeza.

— Dígame los compromisos para hoy señorita Park. — Habló respirando hondo.

Parpadee más veces de las que debería, hojeando mi agenda para decirle todos sus compromisos de hoy. El día fue más que tranquilo, Sana pasó horas encerradas en su oficina, creo que la resaca de la noche anterior estaba haciendo efecto. Incluso así era hermosa, hoy se podía notar su cansancio por la mala noche, debajo de sus ojos se podían ver círculos oscuros evidentes. Cada 5 minutos sus dedos masajeaban suavemente sus sienes adoloridas.

— Si quiere puedo traer alguna medicina para el dolor de cabeza. — hablé calmadamente.

Abrió los ojos con dificultad mirándome paciente.

— Eso me encantaría, señorita Park.

Sonreí con calma, yendo por mí bolsa y tomando un pequeño frasco de medicina, que se lo di con un vaso de agua.

—Ahora tome esto. — Le entregué el frasco y ella me miró, haciendo una cara.

— ¿Para qué es eso? —

— Me imagino que debe estar sintiéndose mal, con una quemazón horrible.

Sana alzó los hombros.

—Odio las medicinas Park, yo prefiero quedarme con estos síntomas, esta poción debe ser horrible.

Sonreí por su forma tan infantil para una mujer de 25 años.

—No soy una bruja ¿ok? No es una poción, es muy buena para este tipo de cosas.

— ¿Usualmente bebe mucho y tiene que tomar esto al día siguiente?—

Ella sonrió encantadoramente.

—No, pero ya que no lo quiere, me lo llevo. — Hablé agarrando el frasco de la mesa.

— ¡Bien! — Ella habló haciéndome parar en medio camino. — Lo voy a tomar.

Sonreí, agarrando una pequeña cuchara, echando las gotas necesarias para Sana, que ingirió el líquido e hizo una cara que sabía muy feo.

— ¡Oh Dios! Necesito agua, por favor.

Solté una risa por su desesperación, haciendo que Sana me mirase enfadada.

—Puedo despedirla por estarse riendo de mi ¿Sabía?

Puse una mano sobre mi boca, dándole el vaso de agua, el cual rápidamente bebió hasta la última gota. Sana abrió los ojos y me observó, dejando escapar una hermosa sonrisa.

—Gracias. —

—No es necesario que me agradezca, es mi deber cuidar de usted.

Sana me miró de manera sugestiva.

— ¿No se siente cansada o algo? La noche de ayer fue larga. —

—No señora, yo no bebí mucho. —

The Stripper Ꞝ SahyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora