Capitulo 1.

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D a p h n e

7:05 am, aún no se me va la costumbre de levantarme temprano. Debe ser porque hace una semana que acabó mi último año escolar, ¡aún no lo creo! Tengo que disfrutar al máximo de estas vacaciones. No hay nada mejor que una mudanza, ¡Mi madre y yo nos mudaremos! Realmente espero que sea tan soleado como aquí en la costa de California, mamá no quiso decirme a dónde iríamos, eso es lo malo, pero dijo que sería maravilloso.

—¿Mamá? —pregunté luego de abrir un poco la puerta de su habitación.

Al parecer sí fue hoy al trabajo, anoche me dijo que no lo haría, porque tenía cortado uno de los dedos del pie. Ayer se le cayó un hermoso jarrón y al romperse, uno de sus dedos salió herido. Tal vez no fue tan malo como para que no vaya hoy, no lo sé.

Pronto mi hambre se hizo presente, así que fui hacia la cocina y me serví leche en un tazón y luego agregué los cereales. Bolitas de chocolate, delicioso.

Al terminar, lavé todo y decidí relajarme un rato más en la piscina del patio trasero. El sol ya comenzaba a salir, así que no sería mala idea. Decidida, subí a mi habitación para ponerme mi traje de baño, elegí unos shorts y la parte superior de un bikini. Me sentía más cómoda así.

Al bajar, dejé a un lado mi celular luego de dejar reproduciendo el nuevo álbum de Halsey, para luego tomar el sujetador de cabello que traía en mi muñeca, dejando así mi cabello en una cola de caballo, di un salto y caí al agua, estaba algo fría, pero ya me acostumbraría. Nadé por unos minutos y luego me quedé quieta pensando en... En muchas cosas, una en especial. Hace poco tuve una cita, puede decirse que el chico me rechazó, sabía que lo haría en cuanto me viera, pues mi cabello era la razón principal. Él me conoció cuando llevaba el cabello naturalmente marrón, pero en nuestra primera cita... Era color naranja, no un naranja muy intenso, algo no muy escandaloso. Yo sólo quería hacerme unos cuantos mechones rojos, mi cabello no era tan oscuro, un marrón claro, pero el color del tinte resultó ser naranja, así que me lo teñí por completo. La verdad, me siento como una chica normal y pelirroja, si no le contará a nadie sobre la verdad de mi cabello, pensarían que es natural. De todas formas, sé que me veo hermosa. Me gusta mi nuevo aspecto, pero a él no le agradó.

Pasaron unos diez minutos y salí de la piscina, otra vez con hambre.

—¡Cariño! —gritó mi madre desde la sala.

—¡Estoy en mi habitación! —grité como respuesta. Dejé mi guitarra a un lado y esperé a que mi madre venga— Hola, ¿Qué tal tu día? —dije en cuanto entró a mi habitación y se sentó en mi cama.

—¡Pues muy cansado! Hoy como nunca la tienda se llenó. Estaba a punto de llamarte para que nos ayudaras.

—Mamá —la miré seria— sabes que me gusta ir a ayudarte —sonrió y sacó el móvil de su bolso.

—Pensé que dormirías hasta tarde luego de quedarte hablando por teléfono toda la madrugada con ese chico —ladeé la cabeza y fruncí el ceño, ¿cómo lo sabía?

—¿Cómo sabes que hablaba con un chico? Además, pensé que habías dormido temprano —me crucé de brazos, odio que me espíen. Mi madre lo hacía algunas veces, todo empezó desde que le mentí sobre una salida y bueno, se convirtió en espía.

—Tu voz retumbaba por toda la casa, Daphne —sonrió y salió de mi habitación. Es cierto, mi voz puede ser chillona y muchas veces no controlaba el volumen de mi voz.

Me gustaba pasar el rato con mi madre, pero la detestaba muchas veces, como cualquier adolescente con ganas de vivir, pero esa no soy yo exactamente. Mi vida es muy normal hasta el momento.

Naranja.Where stories live. Discover now