Prólogo

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—¡Mi señor! —exclamó uno de los tritones al servicio exclusivo de la deidad de los siete mares

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—¡Mi señor! —exclamó uno de los tritones al servicio exclusivo de la deidad de los siete mares. Aquel tritón era de los más fieles y cercanos a su dios, de cabellos rosados y con dos cicatrices que marcaban sus labios. Vestía un kimono, como casi todas las sirenas y tritones al servicio de la deidad, que descubría su hermosa cola a juego con su cabello—. Le traigo novedades, mi señor.

Aquel dios tan buscado por el tritón de inferior rango fue hallado en la sala principal de su templo acuático, decorado con bellos biombos y decoración tradicional japonesa, en un tatami concretamente.
El dios se encontraba sentado en una cómoda pose, ocupando su propio trono, y se encontraba observando su propia bola de cristal con total atención.

Aquel dios tan hermoso tenía el cabello corto y negro, y sus ojos vacíos y oscuros eran del mismo color que su pelo. Era de piel blanca como la nieve, vestía un kimono precioso de color azul oscuro, con detalles blancos decorando este, y a pesar de ser el dios del mar, él no poseía una cola de sirena como la población marítima. Estaba ahí sentado, con sus pies descalzos, con total despreocupación.

—¿Qué ocurre? —Murmuró con pocas ganas la deidad.

—Sus hermanos y su abuelo insisten en que busque ya a su nuevo marido o esposa. Incluso tienen varios pretendientes para usted, mi señor.

El pelinegro dirigió la mirada hacia su sirviente sin levantar la cabeza siquiera.

—Diles que ya he encontrado a mi futura esposa.

El pelirrosa se sorprendió al escuchar aquello.

—Oh. ¿Futura esposa? ¿Se sabe ya quién es?

—No. Solo yo lo sé —el pelinegro la mano alzó hasta el pelirrosa, volviendo la mirada hacia su bola de cristal—. Ve a mandarles el aviso a mis hermanos: en siete días ella y yo nos casaremos.

El tritón obedeció, marchándose del tatami de un salto, para sumergirse en el agua. La zona estaba estructurada de modo que la entrada estuviese toda cubierta de agua, y el piso más alto, que era donde el dios se encontraba, estuviera lejos de ella, dejando a la deidad en la superficie.

El pelinegro suspiró, y mirando aquella bola de cristal sonrió con dulzura, acariciando esta.

—A mis hermanos no les va a gustar que lleve a cabo mi matrimonio contigo... pero mi corazón solo te pertenece a ti... princesa.

En aquella bola de cristal se podía ver a una bella mujer, al parecer humana, que iba nadando por cada rincón del mar, entre peces y vegetación marina.


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¡Hola! Esta historia será de Manjiro Sano x lectora, tal y como dice en el título. Lo quiero recalcar, ya que no hago lo típico de poner "___" o "(T/N)" en el nombre. Pongo el nombre de la protagonista, pero os lo podéis imaginar con el nombre que queráis, eso da igual. (人*'∀`)。*゚+

Trataré, además, de no poner nada referente al físico de la chica, para que podáis imaginarla también como deseéis.

También recalcaré que no es una historia corriente de Tokyo Revengers, se trata de un AU donde Mikey y muchos más personajes sean dioses o seres no humanos directamente. He de confesar que está muy inspirado en el arte de @/_brumouss_ en Twitter sobre su AU de Mikey x Takemichi x Izana, "Bride of the Water God".

Todos los personajes de esta obra son ellos en su versión del 2017, siendo adultos.

¡Y hasta aquí el comunicado! Espero que esta historia le guste a alguien, jsjsjs. Besis de frambuesi.

𝑬𝒍 𝒅𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒍𝒂 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒂 | 𝑀𝑎𝑛𝑗𝑖𝑟𝑜 𝑆𝑎𝑛𝑜 𝑥 𝑙𝑒𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎Where stories live. Discover now