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Louis no pensó cuando aquella idea se le vino a la cabeza. Simplemente la soltó como una bomba y se quedó mirando los ojos verdes de Harry, esperando alguna respuesta.

¿Qué estaba haciendo? No podía contestar a esa pregunta, porque desde que el menor apareció lo único que hacía una y otra vez era improvisar para pasar tiempo con el rizado.

—Mmm, la verdad es que no —contestó después de unos segundos pensando.—Watson no tiene costa.

—¿Quieres ir?

—¿Ahora?

—Ahora.

—¿Los dos?

—Los dos.

Harry apretó sus labios en una fina línea, pensando los pros y contras que tendría aquello.

Aunque, ¡qué demonios! ¿Qué contras podría tener salir con Louis?

Salir con Louis... Espera, ¿se consideraba aquello una cita?

—Es como una cita... ¿De amigos? —preguntó en voz baja el menor.

Louis rió entre dientes.

—No existen las citas de amigos, Harry. O es una cita o no —se encogió de hombros.

—¿Y...?

Louis se quedó unos segundos en silencio, mirando el rostro de Harry, pensando qué decir para no incomodarlo.

El chico aún no tenía muy claro cuál era su sexualidad, y aunque Louis se había propuesto ayudarlo, no quería ser tan cantoso, ni tampoco arrastrarlo a algo que el rizado no quisiera hacer.

—Podemos hablarlo cuando volvamos.

Harry dirigió su mirada hacia la ventana; hacía un buen día, el sol resplandecía en lo alto del cielo azul, y no había ni una sola nube que irrumpiera en este. Fancrow era uno de esos lugares donde los días eran calurosos y las noches frías.

—Vale, vamos —asintió.

Louis sonrió sorprendido, arqueando sus cejas y ladeando su cabeza. Asintió también y se levantó aún con la muñeca de Harry siendo rodeada por sus dedos.

Ambos salieron del castillo en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos; el príncipe estaba feliz y ansioso por pasar lo restaba de día junto a Harry, ambos en compañía con el sonido de las olas, del cantar de las gaviotas y el sol chocando contra sus pieles haciendo que tengan tanto calor que tengan que darse algún que otro baño. Ah, Dios. Se moría de ganas y no podía ocultar la pequeña sonrisa que asomaba en su boca.

El duque, por otro lado, estaba nervioso e inquieto, no sabiendo que sentir respecto a la salida. Sabía que le gustaba pasar tiempo con Louis, y que cuando por algún caso no podían hacerlo en todo un día se molestaba por alguna razón. Sabía que jamás sentiría nada por Lottie, no por que tal vez ya lo sentía todo por Louis. Tal vez tenía claro que le gustaban los chicos desde la segunda noche que pasó en Fancrow. Tal vez, solo tal vez, quería ser el centro de atención del príncipe y -creía- solo podía conseguirlo de aquella manera.

Zayn los vio alejarse mientras se fumaba un cigarro tranquilamente y leía la carta que recién le había llegado de Liam. Él necesitaba tiempo para sí mismo después de las marchas de Liam, siempre era así. Y se alegraba porque ahora, cada vez que pasara aquello, Louis tendría a alguien con quien estar mientras él no estuviera disponible.

Louis guió a Harry hasta el establo, unos metros más allá de las murallas y se giró hacia él. Estiró un poco su cuello y dio un pequeño paso hacia atrás para poder verlo mejor.

SOULMATES © | LARRY STYLINSON Where stories live. Discover now