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Tal vez Jeno haya recibido una beca de intercambio por su inteligencia sin fin y posea conocimientos de todo tipo, pero a veces podía ser un tonto.

O cobarde. O ambas. Porque pasadas dos semanas desde aquella leve discusión que tuvieron, Renjun intentó hablar con su novio a toda costa sin embargo solo quedaba con muchas llamadas no contestadas y mensajes de "estoy ocupado, luego te llamo".

Estaba cansado y triste y solo quería acurrucarse con sus gatos tomando un café.

Aquí un ejemplo de lo que les dije anteriormente, Renjun tiene una muy mala suerte, porque su plan se vio arruinado por la llegada repentina de sus dos mejores amigos quienes venían con todas las ganas de molestar y Renjun tenía todas las ganas de dormir y no despertar.

— Hola, chiquitito, vengo a robar tu monitor no puedo jugar bien al League of Legends. — habló Chenle mientras entraban sin pedir permiso.

— ¿Por cuánto?

— Un par de horas.

— 200 la hora.

— 100 y puedes comer las papas que traje.

— Trato.

La tarde se pasó volando como si el tiempo no existiera, los tres se turnaban para jugar y el cuarto del menor rápidamente se llenó de gritos de frustración y de victoria y de carcajadas, Haechan gritando para distraer a Chenle, Chenle insultando hasta a sus ancestros y Renjun riendo mirándolos matarse desde atrás.

Nuestro protagonista se olvidó rápidamente de sus motivos para estar triste, debía admitir que aunque sus amigos lo hayan interrumpido en su plan de ser un miserable todo el día, les agradeció en el fondo, pues de ninguna otra manera hubiera podido pasar el resto del día de buena manera.

— Ok, ya, si quieren jugar otra hora me tienen que pagar más. — bromeó el dueño de la casa.

— Ya no tengo dinero, mi rey, hazme descuento por lo menos.

— Uy qué lástima pero no lo hago gratis, tengo gatos que alimentar.

— Hablando de alimentar, tengo hambre.

— Cómete esta, Haechan.

Parece que alguien quedó resentido por perder.

— No creo, me quedaría con hambre.

— Tu madre-

— Basta, no peleen frente a mis hijos. Creo que mamá compró churros, vamos.

Los otros dos chicos se dirigieron apresuradamente a la cocina luego de escuchar eso. Se sentaron los tres en la mesa, Renjun veía cómo sus amigos se ensuciaban las manos como si fueran niños y reían.

Se formó una conversación totalmente bizarra, como las de siempre, las que normalmente harían reír a Renjun. No obstante, lo golpeó una sensación de vacío de repente, si bien sus amigos lo habían distraído hasta ahora, su cabeza ya no podía hacer de lado aquellos pensamientos.

Su silencio fue notado por Haechan, que pateó por abajo de la mesa al de mejillas gorditas y señaló a Huang con su cabeza disimuladamente.

— Ren, ¿en qué piensas? — preguntó cuidadosamente el mayor.

— ¿Eh? Oh... nada, es que, ya casi entramos en época de exámenes y bueno, ya saben, me pongo nervioso.

— ¿Seguro?

— Sí, sí... — levantó su cabeza después de mantenerla en el piso todo este tiempo y vio la mirada nada convencida del par. — He estado- he estado pensando en muchas cosas, es todo.

— Hey, está bien, ¿quieres hablar de eso?

¿Que si lo necesitaba? Sí, ¿que si lo quería? No lo sabe.

— Bueno, yo- yo no lo sé, ¿no van a reírse, verdad?

Chenle soltó un sonido de falsa indignación con una sonrisa y contestó. — Nunca nos reiríamos, tranquilo.

— Bien, bueno... uhm, estoy... estoy algo triste por lo de- por mi novio. — bajó la cabeza de vuelta, con pena.

— Oh, creo que ya sé por dónde viene esto. — dijo Haechan.

— ¿Ah sí?

— Claro, te pone triste no tener pareja y haber bromeado con que sí. — habló muy convencido, como si tuviera la razón. Los labios de Haechan se ensancharon en una sonrisa de consuelo. — Tranquilo, Junnie, fue solo un juego, está bien.

— No, eso no-

— Sí, chiquitito, está bien no tener novio, ya llegará tu momento, no es para avergonzarse y menos con nosotros. — interrumpió Chenle.

— Claro, lo sé, pero no es esa la razón, yo-

— ¡Ah! Entonces hay problemas en el paraíso imaginario, ¿dónde está tu imaginovio? Lo golpearé. — bromeó Haechan para luego reírse con Chenle quien le siguió el juego.

A veces pareciera que eran idiotas a propósito.

Como muy pocas veces, a Renjun se le acabó la paciencia, se levantó de golpe y sus manos se hicieron puños sobre las mangas del hoodie.

— Estoy triste, peleé con alguien muy importante para mí, no lo veo hace meses y no estoy seguro de si volveré a verlo, ¿no pueden por una vez dejar sus juegos y apoyarme?

Su voz remojada en enojo asustó a sus amigos, no porque se viera peligroso, al contrario, pero porque nunca lo habían visto así, alzando la voz y con lágrimas en sus ojitos.

Antes de que pudieran decir algo el menor prosiguió: — Lo siento... me duele mucho la cabeza y estoy cansado, me iré. Avísenle a mi hermana cuando se vayan.

Y sin más se fue sin mirar atrás a su habitación. El dúo quedó en shock, no entendieron mucho de lo que el menor hablaba pero comprendían que seguramente necesitaba espacio y tiempo, y prometieron volver luego de disculparse.

¡M𝗜 N𝗢V𝗜O 𝗘S 𝗥E𝗔L!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora