ÉL

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Comienza otro día fastidioso de reunión en la oficina, no sé por qué acepto estar en estas reuniones si al final no dicen nada nuevo. No tienen una visión futurista y aún así quieren que invierta con ellos, ¡están locos!; pero ya acepté estar aquí, así que, ojalá hoy vengan con buenas ideas, a ver, si me animo a invertir en ésta mediana empresa. Pues, si bien no hará gran diferencia, de seguro servirá para que mi apellido siga figurando entre los más poderosos y populares, aunque... ¿Para qué? Si ya estoy harto de todo, de la fama, de no poder ir a ningún sitio sin ser perseguido por algún periodista que quiere conocer mi vida o por chicas caza-fortunas que son capaces hasta de acostarse con el diablo con tal de poder tenerme, pero más que a mí, a mi dinero. En fin, igual debo seguir con esto, mi familia vive su vida de lujos y comodidades gracias a éstas cosas, y ellos sí que son felices siendo famosos.

Hoy es una mañana nublada, el clima perfecto. Aunque estoy en un país tropical y debería de aprovechar el sol que en mi país muy poco se tiene, no, me gusta éste clima fresco, le da como cierta serenidad a todo, y me mantiene relajado, a pesar de que mi paciencia ya está por agotarse. Me citaron a una reunión a las 8:30, son las 8:15 y no han llegado ¡tengo 15 minutos esperándolos!; se ve que no conocen la puntualidad, ¿será por vivir en un país tercer mundista que son así? o ¿es que creen que puntualidad es la regla estúpida y falsa de los cinco minutos?

Mi asistente está hablando con la secretaria de la empresa, indaga un posible inconveniente, se llama Mariana Torres y es quién me asiste en éste país. Es una morena de cabello rizado, debe medir como 1.75 m, muy astuta e inteligente «tiene que serlo para poder trabajar conmigo» siempre se viste elegante y anda bien maquillada; pero no soporta verme a la cara sin sonrojarse, la intimido lo sé; es lo que normalmente ocurre con todas, incluso con mi presencia intimido a algunos hombres, y los de la reunión de hoy no son la excepción, seguro van a tener un ataque cuando lleguen y vean mi cara de pocos amigos esperándolos. Es muy gracioso verlos temblar ante mi cara mal humorada, y sí, mientras ellos tiemblan yo me muero de risa internamente, pero si no lo hago así no me tomaran en serio y no me respetarán ni obedecerán. Por fin llegaron, son las 8:20, vienen con paso apresurado al salón, bueno, que comience la función.

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Son las 16:00h, la tarde amenaza con llover, pero eso hace que el clima esté fresco. La reunión de la mañana no estuvo tan mal cómo esperaba, la noche les prestó, hoy vinieron con ideas frescas, logrando captar mi atención para invertir; así que tengo otra empresa, ésta vez mediana, a mi disposición. Si todo resulta, ésta se convertirá en una gran transnacional, y obvio la compraría o por lo menos me volvería socio mayoritario.

Tengo toda la tarde y la noche libre, así que aprovecharé para dar una vuelta por la ciudad en mi Harley Davidson de 6 cilindros, negra con detalles plateado, asiento acolchonado forrado en cuero, su rugido es hermoso y alcanza una velocidad que te hace sentir que vuelas «adoro mi moto». Yo elegí un look rebelde para combinar con ella, el famoso empresario fue en la mañana, ahora estoy en mi modo juvenil. Uso un vaquero negro, botas de cuero negro, franela blanca y chaqueta jean negra de cuello alto.

La calle está despejada, se puede observar las fachadas de las casas, algunas bonitas, bien pintadas con jardines y otras más sencillas. Me dirijo hacia la carretera y voy dejando todo atrás, la vista es maravillosa. A pesar de estar nublado, hay rayos de sol que iluminan todo de golpe; llevo mi casco favorito, es uno negro con la cabeza de un lobo dibujado en azul y pantalla polarizada que me protege la vista de esos cambios de luz.

No me había fijado, pero hay un carro Dodge de color vino tinto siguiéndome, no logro ver los detalles, pero me parece un periodista, ¿cómo pudo reconocerme? Seguro me sigue desde que salí de casa. Se encuentra a una distancia relativamente lejana, pero hacía donde giro él gira. Voy a 100km/h aumentaré más la velocidad para tratar de perderlo. ¡Rayos! Giré en una intersección para retornar a la ciudad y está lloviendo fuerte, ya había superado los 140km/h, debo mantener el ritmo y desacelerar poco a poco para evitar un accidente. El carro sin duda es de un periódico de la zona, quién vaya conduciendo es insistente, en toda la carretera siempre mantuvo la distancia y ahora se viene acercando más, me está costando trabajo ver la vía y además ver qué tan cerca está... Bueno, voy a cruzar la avenida para sacar ventaja; ¡Rayos! ¡el semáforo está en rojo! ¡¡Frénate Harley!! ...

No sé qué paso, pero por alguna razón siento que voy en el aire y veo como mi moto va resbalando por el pavimento, hay una camioneta parada diagonal a ella, me siento pesado y todo se vuelve oscuro, ¿será que...? ¿morí?

Cadenas Del DestinoWhere stories live. Discover now