Capítulo 1

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-¡___! ¡¿Dónde estás?! _llamaba la pelinaranja mientras recorría los pasillos del orfanato_

-Dudo que vaya a responder, Emma. Es más, sabiendo que la estamos buscando solo va a salir corriendo y va a ser más difícil para nosotros encontrarle. _añadió el albino_

-Cierto. Mejor separémonos y busquemos cada quien por un lado distinto, así será más fácil.

-Buena idea.

Y así lo hicieron, el orfanato era bastante grande y preferían cubrir espacio y tiempo buscando por separado. Desde hacía un buen rato la peli___ había estado leyendo algún que otro libro en la biblioteca, el lugar más tranquilo de todo el orfanato, pues no todos los niños del recinto pasaban por allí y menos cuando estaban en su horario favorito del día, el mismo en el que podían jugar a sus anchas por el vasto jardín hasta la hora de la cena. Su preferencia para la lectura eran los libros de lenguas distintivas, le gustaba ir de un lado a otro buscando datos interesantes, códigos, números ordenados, etcétera y lo usaba como su pasatiempo. Aunque pareciera pasar desapercibida, ya había ocurrido que más de una vez había sido vista por algunos pequeños y por la misma Isabella, aunque estuvo tan centrada en lo que hacía en su momento que no se daba cuenta de ello siquiera. La mayor no dejaba de cuestionarse el motivo de sus acciones, en especial durante los exámenes, pues la chica de por sí era brillante y lo demostraba con su capacidad para asimilar cualquier tipo de información con una facilidad increíble, no obstante, sus notas siempre rozaban los puntajes más bajos. No era tonta, eso lo tenía claro, sabía bien lo que la peli___ podía estar buscando con todo aquello, pero se negaba a creer que una niña de apenas 10 años pudiera siquiera comprender el motivo por el cual se les examinaba de aquel modo.

Se encontraba centrada únicamente en los libros que tenía enfrente, había pasado un largo rato leyendo los mismos y sonsacando de estos la información más importante. No escuchó siquiera que alguien había entrado en la biblioteca, por lo que aquella persona no tardó en acercarse y darle un sorpresivo abrazo que le provocó a la de hebras ___ un susto que bien equivaldría a 3 infartos. Avistó aquella mecha naranja tan característica de Emma, junto con sus risas y, por supuesto, la enorme fuerza que tenía como para casi asfixiarla con su abrazo de oso. Se separó de la recién llegada lo más rápido que pudo y pretendía sí o sí salir corriendo y alejarse todo cuanto pudiera, pero Emma no estaba dispuesta a permitirlo y le retuvo hasta que __ no vio otra salida más que la de escuchar lo que tuviese que decir, manteniendo distancias, claro.

-¿Q-Q-Qué necesitas ahora? _cuestionó la peli___ temblando como si estuviese parada en el mismísimo polo norte_

-Vamos, ___, no puedes aislarte de todos por siempre. ¿Por qué no mejor vienes con nosotros y pasas un rato agradable con la familia? _sugirió la pelinaranja con una sonrisa amigable en el rostro_

-N-No es necesario…

-Claro que lo es. Vamos, piensa que algún día tú también serás adoptada por una familia que te querrá por el resto de la vida y tendrás que separarte de nosotros. Será muy triste que no tengas ningún bonito recuerdo con los demás, y más aún si no interactúas con ellos antes de irte.

-E-Emma, por favor, s-solo déjame aquí, soy feliz sin tener que hablar con nadie…

-Claro que no, traes una expresión de melancolía que ni un animal enjaulado la equipara. Vamos, ven un rato con nosotros. Te prometo que no te arrepentirás, solo será pasar un rato entre hermanos, hablando de temas de nuestro interés, cosas divertidas y demás.

-N-No quiero… Además, él va a estar ahí… No me pienso acercar…

-¿Hablas de Ray? ¿Todavía te asusta?

-N-No precisamente… Solo no me quiero acercar, es todo…

-Ray no te va a hacer nada, vamos, Norman y yo lo mantendremos a dos metros de distancia.

-¿Huh?

Antes de que pudiese decir nada más, Emma tomó su mano y emprendió carrera con ella hasta salir de aquellos largos pasillos. Al parecer Norman ya había terminado de recorrer los pasillos y había vuelto con Ray al mismo lugar de siempre. Ambos se encontraban hablando animadamente, dentro de lo que cabe. ___ luchaba por soltarse del agarre de Emma, pero, ¿cómo no? Su fuerza equivale a la de una cría de oso, zafarse de su agarre era imposible para alguien que no ejerce ningún tipo de actividad física en comparación con una persona que es mucho más atlética y con años de diferencia en ello. La peli___ tuvo que resignarse y contener los nervios que comenzaban a hacer acto de presencia.

No se molestó siquiera en unirse a la plática de aquellos 3, simplemente e mantenía a la derecha de la pelinaranja, sin decir una sola palabra e intentando no salir corriendo a la mínima que se le dirigiera la palabra. Era muy notable su incomodidad desde que no dejaba de temblar o mirar a todos lados menos a los individuos a los que hacía compañía. Por mucho que Emma y Norman intentaron hacer que se relajara, el mínimo gesto dirigido a su persona ya era suficiente para que sus nervios empeorasen. Se planteaba el escapar de una vez cuando Don volvió a retar a Norman a jugar a “Las traes”, solo que podría a todo el orfanato en contra suya. Sin duda alguna, el albino estaría en una clara desventaja teniendo a 36 niños en su contra, pero no se molestó en negarse y se perdió por el bosque ni bien el resto comenzó el conteo.

-¿Tú no juegas? _preguntó el pelinegro a ___, quien observaba a todos perderse en la distacia_

-¿Cuál sería el mérito en hacerlo? _respondió con otra pregunta_ Fingir sonrisas para pasar desapercibida ya no es lo mío, tampoco me sirve de mucho el mantener un “perfil bajo”. Mamá ya se está dando cuenta de lo que hago. Al paso que va el asunto, no creo que pueda hacerle creer alguna otra mentira, Ray.

-Entonces supongo que va siendo hora… Lo siento mucho por Conny, pero es por el bien de ellos dos… _finalizó mientras cerraba el libro_

Ya en la noche, la pequeña niña de hebras rubias se despedía del resto de los pequeños del orfanato. A pesar de que en un inicio se mostró sonriente y prometió enviarles cartas en cantidades, rompió en llanto admitiendo que les echaría demasiado de menos y que no quería irse. Las lágrimas duraron poco tiempo, pues ya era la hora de marcharse. Con Isabella, la pequeña Conny salió del orfanato en dirección a la gran puerta que conducía al exterior, lugar al que Isabella había prohibido estrictamente el acercamiento a los niños. Emma se encontraba llevando los útiles de limpieza a su respectivo lugar tras haber finalizado dicha labor tras la despedida, mas encontró algo que llamó su atención. Sobre una de las mesas se hallaba el pequeño conejo de felpa blanco que tanto adoraba la pequeña Conny: Little Bunny, dado lo cual se apresuró a tomarlo mientras se planteaba si sería buena idea el devolverlo. Tanto Norman como Gilda, una de las chicas mayores del orfanato, con cabellos cortos y lentes, se reunieron con ella cuando escucharon su queja al respecto, a lo que añadieron que probablemente Conny ya se había marchado, no obstante, Ray intervino tras escuchar la conversación, anunciando que había visto luces en las cercanías de la gran puerta e Isabella aún no había vuelto, por lo que la pequeña rubia debía seguir allí.

Aun a sabiendas de que serían reprendidos por ello, Norman y Emma cruzaron aquella gran puerta, llamando en voz baja por la pequeña Conny, pero no había ni un alma en aquel gran y oscuro pasillo. Había un auto aparcado frente a una de las dos puertas que había en el corredor, pero tras revisar bien, no encontraron a ninguna persona. Emma tomó la resolución de dejar el animal de felpa en la parte trasera del auto, asumiendo que le verían allí, pero lo que observó en el i8nterior de este era algo que no imaginó ni en sus peores pesadillas… Conny estaba muerta...

Por otro lado, Ray observaba a través de una de las ventanas de los amplios pasillos, a la espera del regreso de Emma y Norman, quienes se estaban tardando bastante. Temía que Isabella pudiese haberlos encontrado, pero poco después les avistó acercarse a la distancia y al parecer llevaban prisas. Dando su tarea de vigilar por terminada, se encaminó a la habitación que compartía con sus hermanos y hermanas y decidió dejar las cosas avanzar a su manera, pues sabía muy bien lo que Emma y Norman pudieron haber encontrado más allá de aquella gran puerta de rejas.

La intranquilidad de los anteriormente mencionados era notoria, al menos para Ray y ___, pues se mostraban levemente tensos cuando Isabella hacía acto de presencia. No los culpaban, sabían de sobra los motivos y era muy fácil ver en ellos las sonrisas falsas o su actuación de niños inocentes. Emma y Norman comenzaron a aislarse en una mínima medida del resto de los niños del orfanato, lo cual pasó desapercibido para muchos, pero no para Isabella, pues esta tenía la certeza de que dos de sus niños mayores habían estado cerca de la gran puerta la noche de la recogida de Conny y lo dejó notar mediante gestos que, para quien no sabe nada, es lo más causal del mundo. Como, por ejemplo, mostrar el dispositivo con el cual supo que alguien había estado metiendo sus narices donde no debía. Por su parte, Ray decidió seguir a Emma y Norman, en tanto, ___ se fue por su camino y se perdió por los pasillos como ya era su costumbre, aunque solía hacer más que eso, ella evitaba a Isabella por todos los medios posibles. Sabía de sobra que si esta llegaba a encontrarla cuando nadie más estuviese en los alrededores, sus sospechas iban a ser aclaradas y podría recurrir a tratarle de una forma diferente, una con restricciones no deseadas. La mayor no podía cambiar los resultados de los exámenes, por lo cual, esas “malas calificaciones” suyas aparecían plasmadas en el informe que salía como resultado de las pruebas. ___ estaba fingiendo descaradamente ser una ignorante al respecto y se comenzaba a dar cuenta de ello, pero como siempre estaba yendo de un lado a otro, no hallaba la oportunidad de pillarle mientras debía atender también a los demás niños.

Ray descubrió los planes de Norman y Emma, quienes se habían plantado escapar del orfanato, al cual ahora se referían por el término “granja” luego de los sucesos de la noche anterior. Tras explicarle detalladamente qué pretendían hacer y que el pelinegro les llevase a la contraria sabiendo que era una locura, Norman se dio por la labor de convencerle sabiendo que, como sus mejores amigos al fin, Ray no podría dejarles ir directos al suicidio queriendo llevarse a todos los niños del orfanato sin siquiera una idea concreta de lo que podía esperarles en el exterior. LA prioridad en el momento para ellos era descubrir dónde se localizaban los transmisores con los que Isabella podía encontrarles en todo momento, pues estos junto con la propia adulta, representaban el mayor obstáculo para llevar a cabo la fuga junto con los demás niños del orfanato.

A la mañana siguiente, en el orfanato se presentaron dos personas nuevas. Una pequeña niña de apenas un año de edad, llamada Carol (quien obviamente era un sustituto de Conny), y una adulta de color, de cabellos cortos y con rizos esponjosos, la hermana Krone. Ray, Emma y Norman supieron de inmediato que Isabella había recurrido a una vigilante para ellos, pues no podía controlarles todo el tiempo y más aun sabiendo que sus niños eran astutos, por lo que optó por cubrir terreno usando a Krone como peldaño, lo cual significaba que la situación no mejoraba para ellos.

Void [Ray x child!reader] ©RoseSanae55Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang