Capítulo 5

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     _______ no volvió a Brasil hasta que cumplió los 18, volviendo al mismo sitio, dónde su celular y papeles habían sido robados.

  Pero él no estaba ahí. Recorrió las calles hasta donde las conocía, fue hasta el sitio donde se conocieron por primera vez, incluso fue hasta su casa, pero nunca lo encontró.

  La culpa y el dolor la estaban matando, ¿y si había conocido a alguien más?. Ella debería entenderlo, puesto que no pudo decirle nada, pero, quería creer que esperaría por su regreso.

  Porque ______ hablaba con todos sobre lo fantástico que es su novio brasileño.

  Y siempre recibía las mismas respuestas.

— _______, el seguramente te está poniendo el cuerno allá con otra, y tú aquí llorandole como boba.— Dijo una de sus supuestas amigas.

   Ella siempre se defendía, pero inevitablemente, si le dolían sus palabras.

Y ahora que estaba en el lugar dónde su historia de amor comenzó, no encontró a su amor.

  La casa parecía llevar bastante tiempo desocupada, estaba llena de polvo, había restos de colillas de cigarro, incluso juraría que vio ratas pasar por ahí, y restos de lo que parecía cocaína sobre la mesa.

   Quizás los drogadictos se reunían ahí ahora que South parecía no estar.

  Rebuscó en los muebles, tratando de dar con alguna carta, o algo de él. Pero nada, solo encontró aquel obsequio que le dió, el vaso con estampado de fresas.

   Estaba lleno de polvo, parecía no haberse usado nunca. ¿Debería sentirse bien porque no lo tiró o mal porque ni siquiera quiso llevarlo consigo?.

  Sus ojos se llenaron de lágrimas, abrazando el vaso de cristal contra su pecho.

— ¿Dónde estás ahora South...?.—

                        En la actualidad:

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                        En la actualidad:

   ______ ahora vivía en Japón, en Tokyo para ser exactos, nunca había vuelto a ver a South, y seguía sin poder olvidarlo. Ese hombre si que era inolvidable.

  Todas las canciones brasileñas le recordaban a el, si veía un programa violento, pensaba en el y sus peleas, si veía fresas, pensaba en el, todo giraba en torno a él.

— ¿Por qué no puedo olvidarte, South Terano?.—  Se decía a si misma, viendo su brazalete, aún lo conservaba, así como conservaba ambos vasos con estampado de fresas. Pues se lo había traído consigo.

  Lo único que no había encontrado, era el brazalete, ¿y si lo había tirado o empeñado?, cualquier cosa era una posibilidad muy alta después de ver la expresión con la que la vió marcharse.

   Su celular vibró, era un mensaje de Takeomi:

— ¿Vas a venir pronto ______?, la pelea de las tres deidades empezará pronto, y necesitamos todo el apoyo posible.—

  ¿Tan pronto?, aún no estaban listos para algo como eso.

  Llevaba pocas semanas ahí, y en tan poco tiempo se había hecho amiga de los hermanos Akashi. Senju la reclutó para su pandilla, a lo cuál _____ accedió, pelear la hacía sentir viva, y le recordaba tanto a él.

  Las tácticas de pelea que le había enseñado en su tiempo juntos, siempre las llevaría consigo. Su marca personal, el estilo de South Terano.

   Dejó el celular nuevamente dónde estaba, sobre su cama, y se dispuso a ponerse el uniforme de Brahman, adornado con rosas en las mangas.

   Amarró su cabello en una cola de caballo, tenerlo suelto sería un problema para lo que haría, si las cosas se ponían feas, tener mechones en la cara le podría nublar la visión.

  Abandonó el departamento, cerrando con llave detrás de si, llevando su teléfono en el bolsillo del uniforme. Sacó las llaves de su moto, y se subió a esta, colocando la llave en el contacto, y echándola a andar a una velocidad no permitida, ni siquiera usaba casco.

  Tenía tanta prisa, no iba a perder a los únicos amigos reales que tuvo toda su vida.

  En cinco minutos ya estaba ahí, en todo el trascurso casi se mataba más de una vez, pero salió ilesa.

— ¿En serio, sin casco?.— Se quejó Takeomi, aunque en realidad estaba preocupado, era su forma de demostrarlo.

   La castaña solo sonrió, abrazando al más alto. Lo quería tanto, que incluso si ella fuese mucho más joven, lo vería de figura paterna, la que nunca tuvo.

  Takeomi le dió palmadas en forma de corresponderle, sin soltar el cigarro de su boca, no solataba esa cosa ni por nada del mundo.

— Bueno, ya, estate atenta, que hay algo raro en el ambiente.— Dijo apartandose.

  ______ asintió, y siguió al mayor afuera, dónde estaban los demás. Encontrándose con nada más ni nada menos...que con South Terano, peleando contra Senju.

   Lejos de alegrarse de verlo, estaba molesta, muy molesta, todo este tiempo, había estado en Japón, ¿y no se había molestado en siquiera buscarla?.

  South estaba como loco, pero en el momento que la vió, perdió su concentración.

Y todo lo que veía, era a la chica que lo había abandonado.

— ¡South, eres un...un.. un cochino!.—

— ¿Cochino?, ¿la mujer que le dió la espalda a su país no sabe cómo le dicen a los cochinos?.—

  Su discusión no tenía mucha coherencia. Pero, Senju empezaba a presentar heridas algo graves por culpa de South.

  Así que la castaña se puso en medio, separandolos, al ver que Senju se había quedado sin fuerzas. Y ella no se atrevía a levantarle la mano al rubio, puesto que él, nunca lo había hecho con ella.

— ¿Que se supone que haces?.—

— Golpeame hasta que estés satisfecho.—

— ¿Por qué lastimaria a la chica de mis sueños?.—

— Porque...no pudimos ir al carnaval juntos...y se que te herí.—

— ¿En qué idioma estan hablando?.— Dijo Takemichi, ayudando a Senju a levantarse.

— No tengo la menor idea.— Respondió la fémina, viendo la escena sin entender nada, ¿______ y South son pareja?, solo ellos lo sabían, porque estaban hablando en español.

Varada. (South x Fem! reader)Where stories live. Discover now