En la esquina de un callejón me encuentro.
Vomitando el fruto de otra intoxicación.
Fruto a su vez de otra noche buscando un razón.
Una razón para seguir mi vida.
Una razón que alcohol y la droga no me dio.
¿ Por que es tan complicada ?
¿ Por que cada día esta sensación vacía se despierta a mi lado en mi cama ?
¿ Por que me mira con esas pupilas vacías ?
¿ Por que esa mirada se clava en mi corazón mas hondo que una espada ?
Lo siento, siento no ser lo debo ser.
Yo juro que me esfuerzo.
Pero es ese esfuerzo el que me fuerza.
El que se mete en mi cabeza y las alimenta.
Son ellas por las que hago esto.
Porque si no lo hago se vuelven peores.
Sin no las mato con la química y el ruido.
Ellas me mataran a mi con la pena y la rabia.
Entendedme cuando os digo.
Que no es vicio lo que me ha corrompido.
Es el miedo no ser lo suficientemente bueno.
Lo sufímente bueno para hallar mis objetivos.
En la droga no encuentro el camino.
El alcohol tampoco es un buen amigo.
Pero ellos no me juzgan.
Y con ellos siento alivio.
El alivio que esta vida no me da.
que mis miedos me roban.
Que mis fracasos despedazan.
Y que los que deberían apoyarme me robar juzgándome desde sus atalayas.
Se que no hago bien las cosas.
Se que estoy enfermo y que mi mente poco a poco se destroza.
¿ Pero que puedo hacerlo yo ?
Si cuando estoy sobrio me alma llora y cuando me drogo el cielo roza.
No es esa la razón final.
¿No estamos en el mundo para ser felices?
Los efectos duran pocos es verdad.
Pero si es felicidad lo que buscadas el químico es quien te la da.
Cuando tu familia no esta.
Y tus amigos no pueden ayudar.
Cuando las voces te devoran en busca de tu final.
El químico vil es el único que alivia la verdad.
