Huesos de Marfil

Capítulo 14

Madison me espera en la puerta con el motor en marcha mientras se queja de lo mucho que he tardado.

— Lo siento, lo siento. Solo me has dado media hora de margen, ¡ más no podía hacer! — le digo mientras me termino de arreglar el pelo, que he decidido dejar suelto cayéndome por la espalda.

— Siempre igual Ash, es la última vez que me ofrezco a llevarte a algún sitio. ¡Después la que llega tarde soy yo!

— ¿Y a donde se supone que llegas tarde?

— No es asunto tuyo

— ¡Madison! — esto es nuevo. A pesar de que yo no le cuente nada a ella, ella si me lo cuenta a mi. Se mas de su vida que de la mía propia. ¿A qué viene lo de que no es asunto mio?

— Nada Ash es una comida con la gente del trabajo

— Si claro, y yo nací ayer por la mañana. ¿Cómo se llama?

— ¿Cómo se llama quién? – dice con una risa nerviosa

— Con quien has quedado, ¿Cuántos años tiene? ¿Dónde trabaja? ¿Tiene hijos?

— ¡Ashley por favor! No puedo contestar a eso porque no hay nadie

— Madison o me lo cuentas o lo investigo yo como tu prefieras, y te aseguro que mis métodos no le van a gustar ni a el ni a ti

— ¿Tu nunca te cansas de la vida de que llevas?

No me esperaba esa pregunta. La miro y le noto los ojos húmedos

— ¿No estas cansada de aparentar que todo va bien? ¿Qué somos mas fuertes de lo que parecemos y de que tu vida es perfecta? — me dice sin dejar de mirar a la carretera

— Madison yo no queria... — empiezo a decir

— Pues con él es como si esa vida fuera de verdad. No tengo que explicar nada porque no me pide que lo haga, soy quien quiero ser. ¿Vas a dormir en casa?ç

Pienso en mi hermana y en como ha tenido que encargarse de todo desde lo de nuestros padres. Merece ser feliz, más que nadie en el mundo.

— No lo sé — le digo — Madison, cuando quieras presentármelo estaré encantada. Pero como te haga daño ya sabes lo que va a pasar. Disfruta mientras tanto

Llegamos al bar y mientras Madison se pelea con otros conductores porque no la dejan salir del aparcamiento, yo entro y empiezo a buscar a Lena.

La encuentro al final en la zona de los sillones. Para mi sorpresa no estamos las tres solas sino que hay un grupo bastante grande de amigos de Anni. Entre ellos uno llama mi atención. Supongo que tendrá unos 23 años, moreno, con la barba bien perfilada y la mandíbula apretada. Tiene un tatuaje en el cuello de un ave fénix y viste con una camiseta negra y unos vaqueros ajustados del mismo color. La mano que sujeta la copa tambien esta tatuad peor no alcanzo a ver lo que es. Lena me los presenta a todo y cuando llega su turno me coge la mano y me la besa. Pongo los ojos en blanco y le doy la espalda para que aprecie el culo que me hace el vestido. Mientras encuentro la postura para que se note un poco más, hablo con Lena

— ¡Qué contenta estoy de que estés aquí por fin! Te había echado mucho de menos- me dice Lena mientras me abraza.

— Yo tambien Leni, ¿tú le has dado mi teléfono a Démian?

— ¿Quién es Démian? – me pregunta riendo

— Eso, ¿quién es Démian? — pregunta Anni acercándose a nosotras — ¿está bueno?

— No, pero tu amigo sí — le digo esquivando la conversación

— ¿Quién, Río? — me dice señalando al chico moreno que me besó la mano