12.- Hallucinations

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Lan XiChen lleva bastante tiempo en reclusión aislada. No sabe cuánto tiempo tiene, pero sabe que no es suficiente. Nunca va a ser suficiente para arrepentirse de sus errores. 

Lo único que le alegra es saber que su hermano es feliz al fin con el amor de su vida. Recordar la expresión alegre de WangJi ese día, recordar su risa, basta para iluminar su espíritu atormentado pensando en que al menos uno de ellos es feliz.

El resto del tiempo la culpa lo atormenta.

Sus dos hermanos jurados… muertos por su culpa. Le duele pensar que Nie MingJue tenía razón, le duele pensar en las circunstancias que convirtieron a Jin GuangYao en la persona que fue, le duele no darse cuenta de absolutamente nada.

Él confiaba en Jin GuangYao. ¿Cómo iba a sospechar de él? ¿Cómo iba a adivinar el alcance de sus acciones? ¿Cómo iba a saber…?

— Er-ge.

Lan XiChen abrió los ojos, conmocionado. Por un momento creyó haber escuchado a Jin GuangYao llamarlo. Aunque él sabe que es imposible, pero también está seguro de que puede reconocer su voz y ese era su A-Yao.

— Aquí estoy. 

La silueta de Jin GuangYao sale de entre las sombras del recinto dónde se encuentra. Solo que este no es el Jin GuangYao que durante años fue el cultivador jefe, sino el joven que conoció como Meng Yao, el joven talentoso y de auténtico buen corazón que no había sido dominado por la avaricia. El joven sonríe, no con esa falsa sonrisa que esbozó durante años, sino una sonrisa verdadera y genuina. 

— Er-ge, no te culpo por nada— dijo—. Haber muerto por tus manos fue el acto más piadoso que pude tener. 

— A-Yao, realmente lo siento— dijo Lan XiChen. 

— No lo hagas.

Lan XiChen está seguro de que esto es una alucinación: la reclusión aislada le ha hecho imaginar esto. Pero se siente tan real… el primer jade sucumbió a esta visión, y lloró amargamente por algo que no era real.

Angstruary 2022Where stories live. Discover now