Asfixia

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Creo que me esperaba de todo en la conversación. Me esperaba que el papá del tal Jaime me mandara a la cresta con solo mencionar el nombre de su hijo, me esperaba que pudiera saber algo sobre la actitud de su hijo y me pudiera ayudar, me esperaba que no quisiera tener nada que ver con los problemas de su hijo, también me esperaba que no supiera nada, pero nunca esperé lo que me dijo…

~ Bien… ¿Entonces? Tu tiempo corre chico. Recuerda que no tienes mucho tiempo y mi tiempo vale oro, asique es mejor que hables.

La verdad es que no sabía cómo empezar. ¿Qué le decía? , ¿Qué su hijo me acosaba? , ¿Qué su hijo era un maricón de a peso?, ¿Qué su hijo me amenazó de muerte?... ¿¡¡QUÉ!!? . Me temblaban las piernas y creo que si decía una palabra, me pondría a tartamudear.

~ ¿Qué es lo que tanto te cuesta decirme? , ¿Debo recordártelo? Dijiste que hablarías sobre mi hijo, ¿Qué ocurrió?

Tenía que hablar, era ahora o nunca.

~ Hhmm bueno, ¿Por dónde empiezo?… Soy compañero de su hijo y bueno… tengo unos problemas con él, nos tocó el mismo grupo de trabajo y bueno…debido a “esos problemas” no me le puedo acercar y quería saber si usted lo puede convencer de poner de su parte en el trabajo que tenemos que hacer, porque no quiero que nos vaya mal a mí y a mis compañeros… – Que excusa más weona hice para decir que el conchesumadre de su hijo me acosaba hasta querer matarme. Si hubiera un “Weón Awards”, seguro lo gano.

~ Humm… Ya veo… ¿Asique mi hijo te amenazó? ¿Qué te hizo? – Suspiró. Su rostro enojado poco a poco se fue volviendo algo triste.

Me quedé helado. Ya lo sabía, lo sabía todo y sus palabras salieron como si fueran igual de cotidianas que un “hola, ¿cómo estás?”, y yo como weón tratando de explicar la situación de la mejor manera.

~ Mmm… Creo que puede decirse así, pero… creo que puedo manejarlo. – Mentía cada vez que abría mi boca, creo que era por su cara de tristeza. El viejo decano imponente y de mal humor que me había hablado hace unos minutos, no era el mismo.

~ He hecho de todo…de todo para que vuelva a ser el mismo de antes, ya no sé qué hacer. – Volvió a suspirar.

Dejó caer su cuerpo cansado en una banca que teníamos al lado de nosotros, que aun así ninguno de los dos había usado porque “el tiempo corría” y debía ser una conversación rápida, pero no fue tanto así…

Me senté a su lado. No sabía que era lo que exactamente iba a decir, asique solo esperé a que siguiera hablando.

~… He tenido tantos problemas por su comportamiento… contigo, ya van casi 30  acusaciones desde el comienzo del semestre, ha espantado a cada compañero de curso que trata de acercarse a él, viene haciendo lo mismo desde hace algunos años y por esa razón, muchos se han ido de la carrera. Mi trabajo también ha estado en peligro por su culpa, pero lo he podido conservar gracias a mis años de antigüedad en el trabajo… – Agachó su mirada. Respiraba pesadamente – ~ Te ofrezco mis disculpas, pero creo que no puedo hacer nada para ayudarte.

Hubo un silencio incomodo entre nosotros. Yo no sabía que decir. No lo podía ayudar, ni el a mí, nadie podía contra el demonio que tenía como hijo y creo que eso era lo que más le frustraba. No podíamos hacer nada.

Nos quedamos así unos minutos que me parecieron eternos. Los cinco minutos que teníamos como límite, desaparecieron.

El decano comenzó a ponerse de pie para irse sin más. Yo no podía retenerlo. Además, ya no había porque detenerlo, la cosa estaba clara, no podía hacer nada con mi situación. Seguramente se sentaría a ver cómo, de nuevo, por la culpa de su hijo, otro alumno dejaba la carrera y así seguiría hasta que su hijo egresara de la universidad, pero yo…yo no me iba a ir, me había costado entrar en esta universidad y mi familia está haciendo de todo para que yo estudiara. Si creía que un conchesumadre como su hijo me iba a quitar la oportunidad, estaba muy equivocado.

Fuck Society [TERMINADA] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora