Los niños corrieron hacia ella sentándose encima de su abuela.

—Aja aja— dice Aiden moviendo los pies

Lo bajo y corre también.

—Hola Mamá.

—Hola cariño.

—Venimos a comer cosas saludables.

—No abuelita dile que no, queremos pizza— dice Dylan cruzando los brazos

—Es verdad abuela, papá cree que estamos a dieta— protesta Olivia cruzando también los brazos

—No no no— dice Aiden poniendo la misma pose que sus hermanos

—Podemos comer algo saludable y después comer helado— sugiere mamá

—SIIII— gritan alargando la I

—Me parece una opción razonable.

Comenzamos a preparar la comida entre todos, también nos ayuda la señora Francis, que trabaja en casa de mis papás junto con su esposo. Los niños están encantados en casa de su abuela, comemos y después vamos a la sala de cine a ver una película con un tazón de palomitas y un bote de helado de chocolate.

Pasamos casi toda la tarde en casa de mis padres, en la noche vamos camino a casa con los niños ya exhaustos de tanto jugar. Al llegar sólo los pongo a dormir y se quedan a gusto.

Después fui a nuestra habitación y charlé con Amelie hasta tarde.

(...)

—Dylan Wembley bájate de ahí ahora mismo— dije con voz firme

Se preguntarán qué pasó... han pasado cinco días desde que Amelie está fuera de casa, los niños están descontrolados a un nivel inimaginable, no quieren nada y hacen un desorden por donde pasan, también, han pervertido la mente de mi niño pequeño y se convirtió en un diablo malvado.

Olivia está aferrada a que un tal Mateo va ser su novio y lo quiere invitar a vivir a casa ¿en que momento mis hijos se volvieron así? es una duda muy grande.

—Pues no me voy a bajar— dice agarrado a una rama del árbol de atrás

—Tienes diez segundos Dylan— amenace con las manos en las caderas

—¿Y si no?.

—Pues cancelaremos todos los planes por los siguientes diez años y estudiarás en casa sin salir— dije con voz firme

—Mamá dijo que no podías hacer eso— se cruzó de brazos

—Mamá no se enterará de eso o los mata.

—Mamá no nos haría nada malo.

Odio que conozcan tan bien a Amelie.

—Entonces nos mudaremos a México y vivirás en una casa hogar.

—No vas a regalarme— dijo con los ojos a punto de llorar

—Entonces baja de ahí.

Bajo con cuidado y nos metimos a casa. Olivia estaba con mi teléfono en la mano.

—Olivia.

—Vamos a casarnos y después nos mudaremos a una casa en el árbol.

¿Con quien habla esta loca?

—También te invitaré a cenar cuando mamá venga, hace unos panecillos espectaculares...

—Olivia ¿con quien hablas?.

—Espérame mateo— quito el celular de su oído — con mi novio.

—Olivia— hable lo más tranquilo que pude — no puedes tener novio, ellos pegan enfermedades con las que te tienen que inyectar y no queremos que te inyecten.

—¿QUÉ?— hizo un puchero — no quiero inyecciones.

Empezó a llorar de manera descontrolada.

Mierda Amelie me va a asesinar cuando se entere.

—Oliva, bonita— hablé pausadamente — no pasara nada, solamente no puedes casarte porque estás muy chica.

—Está bien papá.

Días después...

—Volví a casa— dice Amelie entrando por la puerta

—Mamii— gritan los niños corriendo hacia ella

—Amamamama— comenzó a balbucear Aiden en mis brazos

—Mis pequeños— dijo cargando a los mellizos hasta llegar al sofá— Aiden bebé.

Todos se funden en un abrazo con Amelie.

—Falto yo— digo haciendo una mueca

Los niños se tiraron encima de mí y Amelie vino a a abrazarme.

—¿Como te fue con los niños?— pregunta

—Amm, creo que pudo ser peor pero en definitiva tengo que tener más poder aquí.

—Eso es verdad cariño— me dio un beso — ahora vamos a comer.

Comenzamos a hacer la comida entre todos, los niños "ayudaban" aunque realmente hacían más desastre que otra cosa, Amelie me puso a cortar un par de verduras, mientras ella hacía pollo en forma de estrellas.

Pasar tiempo con ellos era un poco complicado, pero siempre buscábamos la manera de estar juntos todos, dejar de ser solitario no siempre es malo. Tener la casa llena de gritos y risas daba una sensación de paz que calmaba mis días ajetreados.

—¿En que piensas cariño?— pregunta Amelie con harina embarrada en su mejilla

—En lo feliz que me hace estar contigo y los niños— dije acercándome lentamente hacia ella

—Me alegra mucho— puso una sonrisa en su cara

—A mi también— pase mis dedos por su mejilla

—Te amo mucho Jack Wembley.

—El sentimiento es totalmente mutuo Amelie Blanc.


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Holiiii, les agradezco infinitamente los 100k, de verdad los adoro mchoooo.

A Love In New York  (completo)Where stories live. Discover now